La afluencia registrada durante las celebraciones guadalupanas dejó un respiro económico para los comerciantes instalados en los alrededores del Santuario de Guadalupe, donde la vendimia logró un incremento estimado entre el 20 y el 30 por ciento respecto a un día normal. Aunque no se trata de cifras extraordinarias, sí representó un movimiento constante que permitió a los vendedores recuperar parte de sus inversiones para la temporada.
Las ventas se concentraron principalmente en antojitos tradicionales ?tamales, gorditas, atole, buñuelos y el infaltable menudo? junto con puestos de artículos religiosos, ropa, coronas, veladoras y recuerdos alusivos al día. Comerciantes señalaron que, desde la noche del 11 y durante todo el 12 de diciembre, el flujo de familias fue estable, con picos más altos después de las mañanitas y durante la tarde.
En la misma zona, los juegos mecánicos también registraron buena actividad. Los encargados coincidieron en que la presencia de menores incrementó el tránsito y que, si bien la gente cuidó más su gasto, hubo movimiento suficiente para mantener las atracciones funcionando sin pausa durante gran parte del día.
Aunque algunos comerciantes esperaban un mayor repunte por tratarse de una de las fechas más fuertes del año, reconocieron que la afluencia fue positiva y que, en comparación con años anteriores marcados por bajas ventas, esta jornada dejó números más alentadores. Para muchos, la combinación de tradición, fe y convivencia familiar sigue convirtiendo al Santuario en un punto clave para la economía popular cada diciembre.