El cierre de la calle Patoni en el Centro Histórico de Durango, autorizado para incentivar el flujo de compradores durante el Buen Fin, no generó el impacto comercial previsto. La expresidenta de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño, Beatriz Zamora, informó que el incremento en ventas alcanzó únicamente un 30 por ciento, lejos del 50 por ciento estimado al poner en marcha esta estrategia.
Zamora explicó que, aunque la medida permitió aumentar la afluencia y facilitó el tránsito peatonal en la zona, el comportamiento de compra no fue tan alto como se esperaba. Señaló que muchas de las adquisiciones se realizaron mediante tarjetas de crédito, lo que evidencia que una parte importante de los consumidores no dispone de suficiente efectivo para compras inmediatas. Este comportamiento, dijo, refleja una baja liquidez que afecta especialmente a los negocios pequeños, que dependen de ventas directas y pagos inmediatos para sostener su operación diaria.
La representante del sector añadió que la temporada decembrina será determinante para la estabilidad del comercio formal. Recordó que es el periodo del año en el que tradicionalmente aumentan las ventas, lo que podría ayudar a compensar los resultados limitados del Buen Fin. Sin embargo, advirtió que, de no mejorar el movimiento económico, alrededor del 30 por ciento de los negocios establecidos en el primer cuadro de la ciudad podría enfrentar dificultades serias e incluso riesgo de cierre.
Ante la baja en ventas y la falta de circulante, diversos comerciantes han recurrido a créditos para abastecer inventarios y cumplir compromisos financieros de fin de año. Zamora señaló que esta situación genera presión sobre los pequeños negocios, que deben equilibrar gastos operativos, deudas y la necesidad de mantener actividad comercial suficiente para sostenerse.
Finalmente, consideró necesario revisar las estrategias aplicadas este año para definir si pueden mantenerse, modificarse o complementarse con otras acciones que realmente fortalezcan al comercio local. Añadió que las condiciones económicas actuales obligan a buscar mecanismos que incentiven el consumo sin generar cargas adicionales para los negocios del Centro Histórico.