La Zona Metropolitana de Guadalajara vive una crisis silenciosa pero urgente: no sabe a dónde llevará sus desechos sólidos. Aunque todos los municipios generan basura, ninguno quiere tener un basurero cerca. El problema no es solo la recolección, sino dónde depositar los residuos y por cuánto tiempo más podrán hacerlo.
Hoy, los nueve municipios metropolitanos mandan su basura a cuatro rellenos sanitarios que ya se acercan al final de su vida útil. Guadalajara y Zapopan usan el vertedero de Picachos, que opera el ayuntamiento de Zapopan y está en la carretera a Colotlán. Muy cerca se ubica el sitio de la empresa Hasars, que recibe los desechos de Tlaquepaque. Tonalá y Zapotlanejo envían su basura al relleno de La Estancia, en Zapotlanejo, que opera la empresa Enerwaste. El Salto, Juanacatlán y Tlajomulco utilizan el relleno de PASA, en Ixtlahuacán de los Membrillos.
El panorama resulta poco alentador. Según datos de Imeplan, al vertedero de PASA le quedan solo 1.5 años de vida útil. Picachos y Hasars tienen una proyección de tres años más. La Estancia es el único con una proyección mayor: 12 años de operación. Aunque se han hecho intentos por alargar su vida útil ?como la solicitud de ampliación de PASA ante Semarnat o la inversión planeada en Picachos para aumentar su capacidad?, los márgenes siguen siendo muy estrechos.
Rellenos Sanitarios Actuales
Picachos tiene una superficie de 570 hectáreas. Fue autorizado en 1999 para utilizar 70 hectáreas en la disposición de residuos. De esas, 38 se habilitaron en la primera fase. En 2023 comenzó a operar la Celda VI, que fue diseñada al inicio para un solo municipio, pero hoy recibe basura de al menos cuatro.
El problema empeora porque no hay nuevas alternativas viables. En 2021 cerró el basurero de Los Laureles por afectaciones sanitarias y ambientales. Después, las autoridades cancelaron el proyecto en Tala por la oposición social. Ninguna opción ha prosperado. Además, los daños ecológicos persisten aun después del cierre, como se observa en el caso del vertedero Copala o el propio Laureles.
"Ningún ejido va a ceder su tierra o ha sido muy complicado que cedan su territorio para disponer los residuos y los rellenos sanitarios o estos sitios de donde se transfieren esos residuos, pues provocan diversos impactos a la salud y al ecosistema. Han propuesto el de Tala, por ejemplo, y también hubo muchas manifestaciones, entonces generalmente no van a decir dónde, dónde se instala el sitio", expresó Aida Alejandra Guerrero de León, Profesora e Investigadora del Departamento de Estudios de Agua y Energía, del Centro Universitario Tonalá, CUT
Mientras el tiempo pasa, la ciudad sigue generando miles de toneladas de basura cada día. Aún no hay un plan claro para saber a dónde irá todo. La necesidad de una solución regional es urgente.