Tras una maratónica reunión que se prolongó hasta las tres de la madrugada, productores agrícolas de Jalisco, Michoacán y Guanajuato alcanzaron un primer acuerdo con autoridades federales en torno al precio de garantía del maíz, aunque los bloqueos carreteros continuarán al menos hasta este miércoles por la mañana. Si bien el gobierno elevó su oferta para acercarse a los siete mil 200 pesos por tonelada que demandan los agricultores de maíz como precio de garantía, seguirán los plantones para exigir a la industria un mejor precio de compra.
El encuentro, realizado en la Secretaría de Gobernación, se extendió de las 10 de la noche a las 2 de la mañana. En él, el gobierno federal presentó una nueva oferta económica que, si bien no alcanza los siete mil 200 pesos por tonelada que demandan los productores, representa un acercamiento a esa cifra.
De acuerdo con representantes del movimiento, la propuesta gubernamental fijó un apoyo de 950 pesos por tonelada, con la posibilidad de revisar las bases ofrecidas por la industria, que hasta ahora rondan los 105 dólares. Con esa combinación, el precio se ubicaría cerca de los 6,150 pesos, cifra que los agricultores consideraron insuficiente.
Los líderes campesinos señalaron que se rechazó la base industrial y que esta misma semana se llevará a cabo una nueva reunión con representantes del sector privado para buscar un precio piso más justo, evitando los mecanismos de bonificación que, dicen, complican el acceso al beneficio.
En el caso de Jalisco, los agricultores buscarán además el respaldo de la industria local para elevar el precio lo más cercano posible a los siete mil 200 pesos, su demanda original.
Mientras tanto, los bloqueos carreteros ?como el del kilómetro 40 de la autopista Guadalajara?Morelia, en su cruce con el macrolibramiento? seguirán activos hasta que las asambleas campesinas definan su levantamiento en el transcurso del día.
Los líderes reconocieron que la movilización ha sido "histórica" por el nivel de organización y unidad del sector. Aseguran que tanto el gobierno como los industriales han percibido la fuerza del movimiento y que la presión continuará, ahora enfocada en obtener una respuesta favorable por parte de la industria.