Mientras Europa atraviesa una fuerte oleada de gripe H3N2 que desborda servicios médicos en varios países, en México no se detectan casos aun ni las autoridades han emitido advertencias. Tras las experiencias vividas con la pandemia de COVID-19 y el brote de AH1N1 en 2009, el comportamiento de esta variante vuelve a colocar el tema de la vigilancia epidemiológica en el centro de la discusión internacional.
El subtipo H3N2, particularmente su variante K, muestra una capacidad de contagio superior a la habitual, favorecida por mutaciones que dificultan la respuesta inmunológica generada en temporadas anteriores o por la vacunación. Investigadores señalan que la transmisibilidad aumentó más de 50 % en comparación con el invierno pasado.
El Reino Unido concentra uno de los panoramas más alarmantes. Las autoridades sanitarias británicas advierten que en los próximos días podrían requerir hospitalización hasta ocho mil personas en Inglaterra debido a la gripe, cifras que no se veían desde 2010. Más de 2 mil pacientes permanecen actualmente internados.
La respuesta implicó restablecer el uso obligatorio de cubrebocas y reforzar la limpieza en escuelas y recomendar trabajo remoto para quienes presenten síntomas.
La circulación paralela del virus sincicial respiratorio (VSR) y del SARS-CoV-2 añade complejidad a la situación en países europeos.
A pesar del escenario europeo, México permanece sin reportes oficiales relacionados con esta variante, un dato que será clave para monitorear el comportamiento del virus en los próximos meses y valorar eventuales acciones preventivas.