Estados Unidos inició una nueva fase en la construcción de un muro fronterizo secundario entre entre el desierto de Santa Teresa, en Nuevo México, y Ciudad Juárez, Chihuahua.
Se trata de aproximadamente 9.6 km de bolardos de acero de unos 9 metros de altura, instalados detrás de una valla de malla anterior de unos 5.5 m para reforzar la barrera existente.
Las labores comenzaron en los alrededores del puerto de entrada de Santa Teresa, justo al este, donde se observaron excavadoras, grúas y tropas del ejército estadounidense. Se espera que el proyecto continúe hasta principios de 2027.
Se tramitaron exenciones ambientales bajo la Ley de Reforma de la Inmigración de 1996 y la Ley Nacional de Política Ambiental (NEPA), con el objetivo de acelerar la construcción evitando trámites administrativos.
Este tipo de exenciones han sido fuertemente criticadas por ambientalistas y comunidades locales, especialmente dado el impacto sobre zonas sagradas como el Monte Cristo Rey y hábitats del desierto.
¿En qué lugar exacto?
En la zona de Anapra, que incluye Santa Teresa y Sunland Park, un corredor especialmente usado por migrantes debido a su terreno abierto y desértico.
Ambientalistas y comunidades han advertido sobre daños al entorno, la biodiversidad y afectaciones al Monte Cristo Rey, un sitio de peregrinación que consideran parte del patrimonio cultural
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, insistió en la construcción de "puentes antes que muros", cuestionando la eficacia de seguir levantando barreras físicas.