Este 2019, más de 600 mil hermanos y hermanas de todo el mundo han acudido a la Santa Convocación en Guadalajara, aproximadamente el 6% de ellas y ellos se albergan en 62 escuelas públicas del municipio tapatío.
"Venimos a este lugar a adorar a nuestro Dios, porque nuestro Dios es el creador de nosotros y a él se le debe la honra, la gloria y la alabanza. Es lo que venimos a hacer: a conmemorar la muerte del señor Jesucristo y claro, la resurrección. Venimos a celebrar que Cristo el señor vive", expresa Neftalí, quien es miembro de una comunidad nahua de Veracruz y pasa las noches en la escuela primaria José Pares Arias.
Desde hace 32 años la Secretaría de Educación Jalisco, ha facilitado las escuelas. La petición se realiza con antelación de aproximadamente 5 meses. Quienes acuden a este encuentro que tiene lugar en la Hermosa Provincia para conmemorar la última cena de Jesucristo, tienen que dormir sobre colchonetas extendidas sobre el piso de un salón de clases, y aunque las noches no sean cómodas de pasar, la fe y satisfacción de asistir a los cultos de la Santa Convocación, son mayores.
"Al venir a este lugar recibimos muchas bendiciones de parte de Dios, así como la tranquilidad en nuestra alma", dice Betviridiana nahuahablante, quien desde pequeña ha sido traída a la Santa Convocación, y no le importa pasar las noches sobre el piso de un aula escolar.
Por respeto a la calidad de laica de los planteles educativos, no realizan ni rituales de oración colectiva o individual, aseguran quienes se hospedan en las escuelas públicas. Además, se comprometen a resarcir algún daño que pueda generarse en los centros educacionales en los que pasan las noches y reposan durante el día tras los cultos que se llevan a cabo en el sede Internacional de la Iglesia de la Luz del Mundo.
"Por respeto a las aulas que son públicas nos abstenemos de hacer una oración, por la enseñanza apostólica que nos ha enseñado a tener respeto a los espacios públicos y no utilizarlos a nuestra conveniencia. Somos congruentes en lo que decimos y lo que hacemos", explica Ezequiel, quien es integrante de una comunidad indígena y su lengua materna el náhuatl.
Quienes duermen en las escuelas, toman duchas breves en los baños de los planteles que fungen como albergues, en baños públicos de la zona, o en casas feligreses que viven en la zona. De La seguridad en las escuelas es respaldada por La Unidad de Protección Civil Interna y por la Comisión de Vigilancia y Seguridad de la Luz del Mundo.