Aunque autoridades insisten en la necesidad de una inversión cercana a los ocho mil millones de pesos para mitigar las inundaciones en la ciudad, e incluso presentaron planes para obtener los recursos, la realidad muestra que los recursos millonarios ejercidos en el pasado en realidad no han resuelto ni una parte del problema. Si bien es importante ampliar drenajes, es un asunto más de planeación urbana.
En 2017, el SIAPA destinó cerca de 800 millones de pesos para ejecutar 12 obras enfocadas en reducir anegamientos. Una de las más destacadas fue la intervención en la zona de Los Arcos del Milenio. Aunque ahí las inundaciones se presentan con menor frecuencia, los trabajos no son suficientes frente a lluvias de gran intensidad.
También se realizaron obras para evitar el desbordamiento del canal de Atemajac entre avenida Federalismo y Patria, pero los encharcamientos en la zona continúan ocurriendo.
Entre los proyectos que prometían una solución de fondo se encuentra el vaso regulador en el Parque San Rafael. La obra permaneció detenida durante cinco años por una serie de amparos promovidos para evitar la tala de árboles dentro del parque. La intervención fue altamente controversial y derivó en un conflicto social. Aunque un juez permitió la reanudación, las autoridades estatales concluyeron la obra en medio de acusaciones por daños ecológicos y el presunto incumplimiento de resoluciones judiciales. El entonces gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, incluso lanzó críticas contra los opositores al proyecto.
A un año de haberse concluido, las inundaciones en la zona persisten. Tras la lluvia del pasado lunes, varias calles en los alrededores del parque se anegaron. Vecinos insisten en que el proyecto no resolvió el problema, y que en realidad buscó beneficiar intereses inmobiliarios en la zona.
Otra intervención fue la instalación de un colector pluvial en avenida González Gallo, en 2022, con la promesa de mitigar las inundaciones en la colonia San Carlos. Sin embargo, esta colonia, ubicada en el centro de Guadalajara, ha sido una de las más afectadas durante el actual temporal.
En la zona de El Deán, el Ayuntamiento de Guadalajara amplió la capacidad del vaso regulador en el Parque de la Liberación, pero las inundaciones continúan debido a la sobrecarga de agua proveniente de toda la red de canales del sur de la ciudad.
Por su parte, el municipio de Zapopan implementó los Sistemas Acuíferos de Regulación e Infiltración (SIARI), uno en Arenales Tapatíos para mitigar las crecientes del arroyo Seco, y otro en la zona de Plaza Patria para contener las avenidas del canal del mismo nombre. Aunque ambos proyectos han dado algunos resultados, aún resultan insuficientes frente al volumen de escurrimientos provenientes de las partes altas.
Expertos coinciden en que mientras se siga tolerando la urbanización en zonas altas y no se renueve a fondo el envejecido sistema de drenaje de la ciudad, las inundaciones seguirán ocurriendo, sin importar la magnitud de las inversiones.
La falta de planeación urbana, la impermeabilización del suelo, la urbanización sin control en las partes altas y el deterioro del sistema de drenaje son factores que se combinan y agravan el impacto de las lluvias. Más allá de nuevas obras, especialistas advierten que se necesita un cambio de fondo en la forma en que se gestiona el crecimiento urbano.