Con el inicio del temporal, las lluvias no solo provocan inundaciones en la Zona Metropolitana de Guadalajara, también aumentan los riesgos de hundimientos, socavones y deslaves.
Estos fenómenos ocurren principalmente por el crecimiento urbano desordenado. En varias zonas se construyó sobre cauces naturales o terrenos de relleno mal compactados, lo que los hace más frágiles. Casos frecuentes se registran en colonias como Alcalde Barranquitas, en Guadalajara, y en varias áreas de Zapopan.
Otro riesgo está en los fraccionamientos en laderas o cerros con pendientes pronunciadas, donde el suelo es propenso a deslaves. Según el Plan de Ordenamiento Territorial (POTmet), hay dos tipos de riesgo: las zonas donde no debe construirse por la inclinación del terreno, y otras donde, aunque la pendiente es moderada, existen condiciones que pueden hacer inestable la ladera y ocurrir derrumbes.
Pendientes mayores a 30% (equivalentes a una inclinación de 16.7°) no deberían urbanizarse. Además del riesgo para las personas, construir ahí cuesta más por las técnicas y materiales necesarios. Zonas como el Cerro del Tesoro, el Cerro del Cuatro, y áreas entre Bugambilias, El Palomar y Lomas de la Primavera son ejemplo de terrenos con alto riesgo.
Sin embargo, incluso en zonas con menor inclinación, las construcciones mal planeadas o la explotación del suelo pueden provocar deslizamientos. En el Cerro del Cuatro, por ejemplo, ya se han registrado derrumbes. La pérdida de vegetación por incendios o tala también agrava el problema, ya que sin raíces que sostengan el suelo, la lluvia puede generar flujos de lodo peligrosos.
Zonas como la Barranca del Río Santiago presentan alta vulnerabilidad. También preocupan los asentamientos ubicados debajo de cerros, como ocurre en el Colli, en Zapopan, donde las cárcavas (grietas formadas por la erosión) son profundas y el terreno se vuelve peligroso.
El otro problema son los hundimientos, que pueden presentarse de forma lenta o repentina. Se producen cuando el subsuelo pierde soporte, principalmente por acumulación o filtración de agua. El Inventario de Peligros Metropolitano registra 2,693 eventos de este tipo en la ciudad en los últimos cinco años.
En zonas urbanas, el mal estado de las redes de agua potable y drenaje es una de las principales causas. En el centro de Guadalajara, por ejemplo, la antigüedad de las tuberías eleva el riesgo de hundimientos. Este problema se agrava en colonias construidas sobre rellenos, como Alcalde Barranquitas, o en zonas de Zapopan como Tabachines, Arboledas y Paseos del Sol.
Señalan que si bien hay zonas que históricamente son propensas a socavones y hundimientos, como los es Jardines Alcalde o toda la zona de Atemajac, la urbanización de otras zonas como El Bajío o La Coronilla, tendrán impactos en el futuro.
Este mapa muestra algunas de las zonas de riesgo: por ejemplo, hacia Tonalá existen bancos de materiales que fueron rellenados; hacia El Salto y Tlaquepaque varias zonas pantanosas, mientras que hacia el norte de la ciudad y poniente gran cantidad de barrancos rellenados. Hacia la zona de El Bajío y toda la parte norte hacia Tesistán, es una zona propensa a agrietamientos.