El temporal que recientemente terminó de nuevo expuso las condiciones de mala planeación urbanística en la metrópoli tapatía. No sólo eso: se agravaron las condiciones de inundación en diferentes zonas de la ciudad, como ocurrió con la tormenta que inundó el mercado de Abastos por la invasión del arroyo del Chicalote, los nuevos estragos del Arroyo Seco particularmente en la zona de Toluquilla y Adolf Horn, y las devastadoras consecuencias en la zona de Tabachines.
Académicos de la Universidad de Guadalajara reportaron que en este temporal se documentaron 20 eventos importantes, con un promedio de 35 puntos inundados, hasta sumar 600 sitios con algún grado de anegamiento. Estos registros incluyen vialidades primarias hasta pasos a desnivel, zonas habitacionales y áreas comerciales de gran afluencia.
Entre los puntos más afectados estuvieron avenidas como López Mateos, Federalismo, Periférico, Colón, Guadalupe, Puerto Melaque y otros.
El ejemplo más extremo apareció el 15 de julio, cuando la zona de La Martinica quedó bajo una columna de agua de más de seis metros y causó dos muertes.
A lo largo del temporal, junio registró cinco episodios relevantes. Julio tuvo seis, agosto tres y septiembre cinco. Aunque el comportamiento de las lluvias se mantuvo dentro de los rangos climatológicos esperados, la ciudad mostró una fragilidad extrema en cada tormenta.

Los especialistas enfatizaron que el problema no reside únicamente en la cantidad de lluvia que cae, sino en la forma en que el territorio ha sido transformado en las últimas décadas.
Esto provocó que en vialidades donde no existían antecedentes de inundación aparecieran corrientes superficiales peligrosas. Un ejemplo fueron las inmediaciones del mercado de Abastos.
El sistema hidrológico del Arroyo Seco se convirtió en uno de los mayores puntos críticos del temporal. Este arroyo corta vialidades cruciales como Camino Real, Jesús Michel González y Adolf Horn. Su comportamiento este año dejó ver que los colectores, canales y puentes están completamente rebasados.
"Que la autoridad primero reconozca que las inundaciones no están asociadas a fenómenos atípicos de lluvias, ni están vinculadas con el tema de la basura? eso lo agrava- Yo pienso que será el primer principio donde la autoridad ya, al reconocerlo, tendrá que plantear el esquema técnico para incidir en la mitigación de estas zonas más peligrosas", expresó el profesor Luis Valdivia de la Universidad de Guadalajara, experto en geografía y desarrollo territorial.
Los especialistas consideraron que uno de los factores más determinantes en el agravamiento de las inundaciones es la permisividad en el crecimiento urbano.
A esto se suma la falta de regulación en la ocupación del suelo. En zonas donde debería haberse limitado la construcción a densidades bajas o usos de conservación, se han aprobado desarrollos que alcanzan coeficientes de ocupación del 50 al 60 %, lo que significa prácticamente cero capacidad de infiltración.
Durante el temporal, el mercado de Abastos sufrió una de las peores inundaciones de su historia reciente. Esto se atribuyó a obras realizadas cerca de la zona que modificaron el trazo de canales y generaron desbordes que nunca antes se habían observado. La invasión del Chicalote y la ampliación de un canal para proteger un desarrollo específico hicieron que el agua fuera desviada hacia áreas vulnerables.
Algo similar ocurre en la Línea 1 del Tren Ligero, especialmente en la zona de Isla Raza y 18 de marzo, donde el terraplén funciona como un muro que impide el desalojo del agua proveniente de López Mateos.
Ante la llegada del Mundial y el aumento de visitantes previsto para la primera mitad del próximo año, los especialistas advirtieron que la vulnerabilidad podría incrementarse. La construcción de nuevos hoteles, la demanda de servicios y la afluencia masiva coincidirán con un temporal que, por comportamiento histórico, traerá lluvias intensas.