Buscar
03 de Julio del 2025
Cultura

Perros con Chanel y spa: ¿amor o exhibición?

Perros con Chanel y spa: ¿amor o exhibición?

La perriztocracia mundial es la prueba de que el estatus ya no se lleva solo en relojes o autos, sino también en el tamaño del guardarropa canino



Estás scrolleando en redes, buscando algo que te saque una risa o al menos te distraiga del caos diario... De pronto, ¡boom! Aparece un perro.


Grande, con la cara alargada, vestido con ropa de Zara, collar de diseñador y el pelo perfectamente peinado hacia atrás, sujeto con un broche Chanel.


Te tallas los ojos, porque jurarías que estás alucinando.


Parpadeas... y ¡sorpresa! Ahora también lleva unos lentes Chanel que no viste antes. Todo en él grita "más caro que tu quincena".


Intrigado, investigas. No es un perro cualquiera. Es un Lebrel Afgano: elegante, excéntrico, imposible de ignorar. Y claro, mantenerlo tampoco es cosa menor.


Entre el costo de adquisición o adopción, la alimentación especializada, los cuidados estéticos, veterinarios y demás detalles de la "vida perruna premium" (sin contar su outfit de pasarela), vivir con uno de estos puede costarte entre 412 mil y 450 mil pesos... y sí, solo por tenerlo.


¿Quién paga eso?, te preguntas. Y justo por eso estás aquí: para descubrir quiénes integran la perriztocracia moderna



¿Quiénes son los integrantes de esta élite canina?

En México, aunque no es común ver perritos con outfits de alto nivel en todas las calles, hay un perfil bien definido que sostiene esta tendencia:


Mujeres jóvenes, de entre 18 y 29 años, clase media-alta, con ingresos disponibles de alrededor de 19,900 pesos mensuales.


No hablamos de millonarias, sino de personas que deciden invertir en sus mascotas como si fueran sus roomies VIP. Para ellas, sus perros no son solo compañía, son miembros esenciales de la familia.


Este fuerte vínculo emocional impulsa la compra de productos premium: ropa, grooming de lujo, snacks gourmet, juguetes importados...



¿La meta? Que su perro viva como rey, o mínimo, como influencer.



Lujo simbólico vs. lujo real

Si volteamos a ver la escena global, la "perriztocracia" se mueve en otra liga: los protagonistas son personas entre 28 y 43 años, con ingresos mensuales que superan los 160 mil pesos.


Viven en ciudades grandes, no tienen hijos (o pocas responsabilidades familiares) y pueden permitirse desde accesorios de diseñador hasta agua embotellada exclusiva para mascotas. Sí, agua premium para perros.


Así que si comparamos, el contraste es claro: mientras que en México la perriztocracia es un lujo simbólico, en otros países es un lujo real y constante.



Pero en ambos casos, la intención es la misma: tratar al perro como lo que es... un miembro mimado de una élite moderna



De influencers a padres perrunos: el poder de las redes sociales

Estas generaciones comparten un mismo entorno: el digital. Crecieron con plataformas como Instagram y TikTok, donde no solo comparten su vida, sino también la de sus mascotas.


Esa exposición constante ha reforzado la humanización de los animales y, con ello, el gasto en productos y servicios pensados más para humanos que para perros o gatos.


Los "influencers caninos" promueven productos que generan confianza en los consumidores y fomentan compras impulsivas.



No es exageración: hay perros con más skincare que tú (y sí, Chanel vende collares porque claro que sí)



Cuando el afecto se convierte en consumo

Es probable que parte del gasto en mascotas esté influenciado por la necesidad de exhibir un estilo de vida en redes sociales.


La presión social para mostrar mascotas bien cuidadas, con accesorios de moda o en entornos lujosos, puede llevar a compras no esenciales, como ropa o servicios de spa.


Sin embargo, el afecto genuino sigue siendo un motor principal.



Muchos dueños priorizan el bienestar de sus mascotas por encima de la exhibición digital, y es ahí donde está el verdadero poder de esta relación



Redefiniendo la familia y mostrando desigualdades

Las mascotas se han convertido en una extensión del "branding personal" para muchos, especialmente en redes sociales.


Publicar fotos o videos de mascotas con productos premium refuerza la identidad de los dueños como personas responsables y afectuosas, aumentando su estatus social en línea.


Este fenómeno refleja un cambio en el concepto tradicional de familia: más emocional que biológico.


En México, el 70% de los hogares tienen mascota, y muchas familias priorizan el bienestar de sus animales por encima de otros gastos.


Pero no todo es brillo y glamour.


El fenómeno de los "perrhijos" también pone en evidencia desigualdades sociales: mientras que algunas clases invierten miles de pesos al año, el 70% de los perros y gatos en México están en situación de calle, y medio millón son abandonados cada año



Quizá el lujo no está en el broche Chanel ni en el spa canino, sino en poder cuidar a alguien -humano o peludo- sin preocuparte por el gasto. Y eso, tristemente, sigue siendo un privilegio





Noticias Similares



Noticias Destacadas



Más de Meganoticias