La promoción de un evento denominado Island Rave Mezcala, previsto para el 13 y 14 de diciembre, desató una amplia polémica entre autoridades municipales, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la comunidad indígena coca de Mezcala.
La actividad es difundida en redes sociales como "la fiesta más exclusiva del año" y se presenta como una experiencia en "una isla privada", con música de DJs, zona de campamento y espectáculos de pirotecnia. Sin embargo, la isla no es privada, sino un lugar sagrado para la comunidad coca de la región y lugar de protección especial por tratarse de un lugar de valor histórico.

Ante la viralización de la publicidad, el INAH informó que no ha otorgado ninguna autorización para un evento de este tipo en la Isla de Mezcala, reconocida oficialmente como Monumento Histórico de la Nación y declarada museo de sitio desde 2010. El organismo adelantó que solicitará al Ayuntamiento de Poncitlán información detallada para conocer bajo qué circunstancias se estaría realizando la promoción de un evento dentro de un espacio federal protegido, sin permisos visibles ni trámites registrados.
Por su parte, el Gobierno Municipal de Poncitlán emitió un comunicado oficial en el que precisa que el municipio no tiene facultades para autorizar eventos privados dentro de la isla, pues esta se encuentra bajo resguardo del INAH y forma parte del territorio indígena de Mezcala.
De manera paralela, la comunidad coca de Mezcala difundió un pronunciamiento en el que expresa su rechazo a la realización de la fiesta y acusa que la promoción del evento responde a nuevas presiones de agentes privados para apropiarse simbólica y materialmente de su territorio sagrado.
En el documento, los habitantes explican que las islas Tlatequepetquetl y Pechilín, identificadas en la publicidad como "abandonadas" y "privadas", son, por el contrario, espacios vivos, habitados por familias dedicadas a la pesca, cultivo de chayote y el turismo local.

La comunidad subraya que la isla tiene una profunda importancia histórica y espiritual: desde tiempos prehispánicos fue un espacio ceremonial del pueblo coca; durante el periodo de Independencia se convirtió en bastión insurgente, y en 1997 el Estado mexicano reconoció la posesión comunal de las islas y de 3,600 hectáreas de tierra pertenecientes a Mezcala. Recordaron también que en 2010 diversas instituciones estatales intentaron privatizar el territorio mediante un fideicomiso, esfuerzo que fue frenado por la movilización comunitaria. Para los pobladores, presentar hoy la isla como "privada" constituye un acto de desinformación que facilita nuevos intentos de despojo.
La Isla de Mezcala es reconocida a nivel nacional por sus vestigios arqueológicos y por su papel fundamental en la resistencia insurgente de inicios del siglo XIX.