Después de 339 días, el piloto tapatío Sergio "Checo" Pérez volvió a subirse a un monoplaza tras su salida de Red Bull la temporada pasada. En esta ocasión lo hizo arriba de un Ferrari SF-23, con el que completó su primer test como parte de su nueva escudería, Cadillac Racing.

La pista de Imola fue el escenario de uno de los regresos más esperados rumbo a la temporada 2026 de la Fórmula 1. Los boxes 16 y 17 se mantuvieron en constante actividad, tanto por los mecánicos de Cadillac como por personal de Ferrari, quienes supervisaron y orientaron las pruebas realizadas este martes.
El SF-23 utilizado lució un diseño completamente negro, sin logotipos ni marcas distintivas. Checo permaneció al volante por más de cinco horas: inició su programa a las 10:00 a. m. (hora de Italia) y concluyó poco después de las 4:00 p. m. Durante la jornada estuvieron presentes Graeme Lowdon, director del equipo, y Peter Crolla, jefe de operaciones.
En total, Pérez completó 99 vueltas y 478 kilómetros. Aunque el objetivo principal del test era que los mecánicos realizaran ejercicios de precisión y trabajo en equipo, el mexicano logró marcar tiempos competitivos pese a las condiciones: temperatura entre 22 y 25 grados y un mapa de motor limitado. Dentro de fábrica, el único trabajo realizado fue el ajuste de su asiento.
Al ser una escudería nueva, Cadillac no cuenta con monoplazas antiguos para este tipo de pruebas. Por ello, Ferrari ?su futuro suministrador de motores? está obligado a proporcionarle un auto para realizar ensayos en pista. Además, Pérez fue elegido para esta sesión al no tener actualmente contrato con otra escudería, situación diferente a la de su futuro compañero Valtteri Bottas, quien continúa ligado a Mercedes como piloto de reserva.
Con este test, Cadillac inicia oficialmente su preparación rumbo a 2026, año en el que debutará en la máxima categoría del automovilismo. El equipo norteamericano apunta a estar listo para su primera carrera, programada para el 8 de marzo en Australia.