La Organización Internacional del Trabajo (OIT) redujo su pronóstico de creación de empleos a nivel mundial para 2025.
En lugar de los 60 millones que se esperaban a inicios de año, ahora se prevé un aumento de sólo 53 millones de puestos de trabajo. Esta disminución se debe, en gran parte, a la incertidumbre generada por conflictos geopolíticos y tensiones comerciales entre grandes economías como Estados Unidos, China y Europa.
Según el organismo, esta nueva cifra representa un crecimiento del empleo del 1.5%, por debajo del 1.7% previsto anteriormente. El recorte en las expectativas llega después de que el Fondo Monetario Internacional también revisara a la baja sus estimaciones para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, reduciéndolo del 2.8% al 2.3%.
Las regiones más afectadas por esta desaceleración serán Europa y Asia Central, donde el crecimiento del empleo apenas alcanzará el 0.6%. En América se estima un incremento del 1.2%, seis décimas menos que en las previsiones anteriores, mientras que en Asia-Pacífico se proyecta un aumento del 1.7%, tras una ligera corrección a la baja.
El director general de la OIT, Gilbert Houngbo, advirtió que si persisten los conflictos internacionales y las barreras al comercio, el impacto en los mercados laborales será aún mayor. "Habrá efectos negativos en cadena en los mercados laborales de todo el mundo", señaló en un comunicado.
Uno de los sectores más expuestos es el de los trabajadores vinculados a las cadenas de producción que abastecen la demanda de Estados Unidos. De acuerdo con la OIT, al menos 84 millones de personas en 71 economías trabajan directa o indirectamente para satisfacer el consumo estadounidense. De estos, 55.9 millones están en Asia-Pacífico.
México es uno de los países más vulnerables ante una posible guerra arancelaria. En total, 13.3 millones de empleos en el país, es decir, el 17.1% del total, dependen del consumo en Estados Unidos. En comparación, en Europa hay 10.1 millones de trabajadores ligados al mercado estadounidense, lo que representa el 2.7% del empleo en la región.
El informe también resalta una tendencia preocupante en términos salariales: la participación de los salarios en el PIB mundial ha disminuido ligeramente, del 53% en 2014 al 52.4% en 2024. Si ese porcentaje se hubiera mantenido, los trabajadores del mundo habrían recibido en conjunto un billón de dólares más, lo que equivaldría a unos 290 dólares adicionales por persona.