La seguridad alimentaria en la Ciudad de México enfrenta un desafío considerable debido a la presencia de bacterias nocivas en los alimentos preparados y vendidos en la vía pública
Un reciente estudio llevado a cabo por la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) reveló que cerca de una cuarta parte de las salsas comercializadas en puestos informales cercanos a las estaciones del Metro contienen bacterias coliformes, y un pequeño pero preocupante porcentaje está contaminado específicamente con Escherichia coli (E. coli), bacteria relacionada directamente con materia fecal.
Esta investigación, publicada en la revista Hospital Medicine and Clinical Management en abril, se enfocó en 181 muestras recogidas de salsas ofrecidas en taquerías informales cercanas al sistema de transporte colectivo.
Los resultados mostraron que el 22% de las muestras presentaban coliformes, mientras que el 5% contenía E. coli, lo que plantea un serio riesgo para la salud de miles de personas que diariamente consumen estos productos.
El análisis subrayó la popularidad y alta demanda de las taquerías informales entre los usuarios del Metro, quienes frecuentemente eligen estos puestos debido a la accesibilidad y bajo coste de la comida
Sin embargo, diversos aspectos de la manipulación de alimentos, desde el uso de verduras crudas hasta el lavado inadecuado de manos y utensilios con agua de dudosa calidad, favorecen la contaminación cruzada y aumentan la posibilidad de brotes infecciosos.
El estudio identificó múltiples estaciones del Metro donde se detectaron muestras contaminadas, entre ellas Buenavista, San Lázaro, Bellas Artes, Revolución, Copilco, Coyoacán, Cuatro Caminos, y Ciudad Azteca, abarcando prácticamente todas las líneas del sistema.
De acuerdo con el IPN, alrededor de 23 mil personas al año padecen enfermedades gastrointestinales en la ciudad, cifra que se relaciona en parte con la ingesta de alimentos contaminados adquiridos en la vía pública.
Aunque no se logró identificar con exactitud el origen de la contaminación, los investigadores consideran urgente emprender estudios más detallados que permitan entender mejor los factores críticos y establecer medidas correctivas eficaces.
Entre las acciones sugeridas por los expertos, destaca la necesidad de campañas de educación sanitaria destinadas tanto a los vendedores ambulantes como a los consumidores, así como la implementación de sistemas de inspección permanente que aseguren la limpieza e inocuidad de los alimentos en el comercio informal.
La falta de regulación y la carencia de acceso a agua potable adecuadamente supervisada contribuyen a este panorama de riesgo, donde la exposición a agentes patógenos resulta más probable en comparación con establecimientos regulados.
Es importante recordar que, si bien los alimentos vendidos en puestos callejeros forman parte esencial de la cultura y economía urbana, también requieren de atención prioritaria en cuanto a la implementación de prácticas higiénicas que permitan proteger la salud de quienes los consumen a diario.