Nueva ola de aranceles amenaza importaciones y producción estadounidense

El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, extendió el alcance de sus aranceles del 50% sobre el acero y el aluminio, incluyendo más de 400 categorías de productos adicionales.

Entre ellos se encuentran extintores, maquinaria agrícola, materiales de construcción, vagones de tren y turbinas eólicas.

La medida amplía considerablemente el impacto de los gravámenes que entraron en vigor en junio pasado y ahora afecta a un total de 407 artículos cuyo contenido de acero y aluminio importado enfrenta esta barrera. El Departamento de Comercio indicó que la acción busca "fortalecer la industria estadounidense".

Esta nueva inclusión abarca turbinas eólicas y sus partes y componentes, grúas móviles, excavadoras y otros equipos pesados, vagones de tren, muebles, compresores y bombas, además de cientos de productos adicionales, detalló la entidad en un comunicado difundido este martes.

Con la aplicación de la extensión, la Administración Trump busca bloquear vías de elusión y apoyar la revitalización de las industrias estadounidenses, aseguró Jeffrey Kessler, subsecretario de Comercio para la Industria y Seguridad. Sin embargo, analistas advierten sobre las posibles consecuencias negativas para exportadores, fabricantes, compañías y agricultores en Estados Unidos.

"Todavía me pregunto cómo se benefician las fábricas estadounidenses al encarecer el equipo necesario para equiparlas", escribió en LinkedIn el profesor de gestión de cadenas de suministros de la Universidad Estatal de Michigan, Jason Miller. Según sus cálculos, la ampliación de los aranceles ahora afecta al menos 320 mil millones de dólares en importaciones, basándose en el valor aduanero general de 2024.

Miller advirtió que la medida podría añadir más presiones inflacionarias sobre los precios, que ya están en aumento para los productores nacionales. Entre los países más afectados por esta ampliación se encuentran Alemania y Japón, estimó el experto.

Desde su regreso al poder en enero, Trump ha intensificado la guerra comercial contra sus socios, aplicando gravámenes que van desde un 10% para los países con los que Estados Unidos mantiene superávit y un 15% para los que registran déficit, además de otros montos considerados "recíprocos".

Durante el periodo de tregua arancelaria que terminó el 7 de agosto, Washington logró acuerdos para reducir tarifas con nueve aliados, entre ellos la Unión Europea, a la que disminuyó la tarifa de un 30% a un 15%. Sin embargo, la reciente extensión de los gravámenes muestra que la estrategia de presión comercial del Gobierno estadounidense sigue vigente.