Desde que Donald Trump retomó la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero de 2025, su gobierno ha anunciado diez medidas arancelarias contra productos mexicanos de distintos sectores.
El más reciente aviso llegó mediante una carta dirigida a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en la que se detalla un nuevo arancel de 30% a las exportaciones nacionales, con posible entrada en vigor el 1 de agosto. Aún no se ha aclarado si esta medida aplicará de forma general o solo para productos que incumplan con las reglas del T-MEC.
La noticia ha encendido alertas entre especialistas en comercio exterior y empresarios mexicanos, ya que podría impactar directamente a sectores estratégicos como el automotriz, el agroalimentario o el de manufacturas. Sin embargo, el Gobierno de México ha tratado de calmar los ánimos y reafirmar la solidez de las inversiones extranjeras en el país.
Durante su conferencia matutina, la presidenta Sheinbaum aseguró que hasta el momento ninguna empresa automotriz ha manifestado intención de abandonar México. "En el caso de la industria automotriz que tiene la mayor parte de su contenido fabricado en México, Canadá o Estados Unidos, tiene aranceles, pero también tiene descuento. Vale mucho la regla de origen", explicó.
La mandataria también destacó que las empresas europeas que cuentan con menos contenido regional y exportan bajo la figura de "Nación más favorecida", enfrentan aranceles mayores, pero no han expresado planes de retirarse del país. "Ninguna empresa nos ha dicho que se va a mover de nuestro país, ninguna", afirmó.
Sheinbaum señaló que trasladar una planta de producción de automóviles no es un proceso sencillo ni económico. "Mover una fábrica de producción de automóviles requiere muchos miles de millones de dólares y mucho tiempo", dijo, subrayando que el entorno industrial mexicano sigue siendo competitivo.
Asimismo, aseguró que el gobierno mantiene una comunicación constante con las empresas del sector, tanto de forma directa como a través de la Secretaría de Economía. "Incluso Nissan, al revés, movió una parte de la fabricación de Argentina a México de una de sus marcas", reveló como ejemplo de confianza en el país.
Aunque la medida arancelaria aún está por definirse completamente, el Ejecutivo federal apuesta por el diálogo bilateral y por la solidez del T-MEC para evitar afectaciones mayores. Mientras tanto, las cámaras empresariales se mantienen a la expectativa ante posibles impactos económicos en el corto plazo.