El próximo 1 de julio, los ciudadanos mexicanos tendrán la oportunidad de participar en un hecho histórico por primera vez en la historia del país, podrán elegir a los integrantes del Poder Judicial, incluidos jueces, magistrados, ministros de la Suprema Corte de Justicia y miembros del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Este cambio en el sistema de selección, aprobado como parte de las reformas judiciales impulsadas por el gobierno federal, representa un giro importante en la forma en que se nombran estos altos funcionarios judiciales.
El proceso busca aumentar la transparencia, la rendición de cuentas y fortalecer la democracia en México, permitiendo que los ciudadanos tengan voz directa en la elección de quienes tomarán decisiones clave sobre la interpretación de las leyes y la constitucionalidad en el país. Los jueces, magistrados y ministros que forman parte del Poder Judicial son responsables de garantizar la justicia y el respeto de los derechos fundamentales, por lo que su independencia y ética son cruciales para el buen funcionamiento del sistema judicial.
Pero, ¿realmente le interesa a la ciudadanía este proceso? Para muchos mexicanos, el Poder Judicial ha sido visto históricamente como un órgano distante y, a veces, opaco, con procesos de selección que no siempre han sido del todo claros. Sin embargo, la posibilidad de elegir a estas autoridades por voto popular podría generar un mayor sentido de participación y empoderamiento entre la población, y también aumentar el interés en el funcionamiento del sistema judicial.
Por lo que el 1 de julio de 2025 será una fecha clave en la historia de la democracia mexicana, pues los votantes tendrán la oportunidad de influir directamente en la elección de quienes tendrán la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las leyes y los derechos en el país. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿está la ciudadanía preparada y realmente interesada en ejercer este poder de manera informada y responsable? El tiempo lo dirá.