La educación es clave para el desarrollo, pero en México, los maestros enfrentan grandes dificultades más allá de enseñar. A las limitaciones estructurales se suman problemas sociales como el consumo de sustancias, la pobreza y las crisis emocionales de los estudiantes, que afectan tanto su rendimiento académico como su bienestar físico y emocional.
Según un estudio elaborado por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu),6.4 millones de niños, niñas y jóvenes en México no asisten a la escuela, siendo uno de los principales obstáculos para el progreso social y económico del país.
TRES DE CADA DIEZ ESTUDIANTES ACCEDEN A UNIVERSIDADES
A pesar de que 9 de cada 10 estudiantes que comienzan la primaria logran llegar a la secundaria, las estadísticas muestran que solo 3 de cada 10 jóvenes que inician este ciclo educativo logran acceder a la educación superior. Las cifras son aún más alarmantes para aquellos con discapacidades o que hablan alguna lengua indígena, con solo el 4% y el 3%, respectivamente, logrando ingresar a la universidad. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, (WEF)
"No somos psicólogos, no somos trabajadores sociales, Pero sí podemos hacer un primer filtro para detectar y canalizar estos casos, por eso es importante que haya capacitación constante de los maestros en manejo de crisis y su educación socio- emocionales" comentó el maestro Francisco Valle.
Es esencial crear un ambiente escolar seguro y de confianza, donde los estudiantes puedan expresar sus emociones. Los programas de educación socioemocional, que fomenten la resiliencia y la toma de decisiones, son clave para su bienestar.
"También Considero que Maestro tiene un papel social para detectar y manejar de manera inicial en nuestros problemas y yo considero también que atenderlos desde temprano y trabajarlo en conjunto con la familia y especialistas pueden marcar una diferencia en la vida de los de los estudiantes" señaló Francisco Valle, Docente.
La atención temprana a los problemas de salud mental, el consumo de drogas y las crisis emocionales es clave para evitar que estos problemas se conviertan en obstáculos insuperables para el desarrollo personal y académico de los estudiantes.