"Vimos marinos y patrullas por todos lados, íbamos llegando a la casa mi esposo y yo y luego vimos lo que pasó" la señora Carmen Soto, vecina del Fraccionamiento Bahía del Sol en Empalme no escuchó los más de 20 disparos que un grupo armado lanzó para acabar con la vida de tres hombres, entre ellos un menor de 15 años a unas cuadras de su casa, pero al ser este solo uno más de los ataques que son casi de diario, ya no son algo extraño pero si triste y preocupante para la sociedad empalmense, que ya escucha el rugir de las armas como algo común, solo cierran la puerta y se encomiendan a su fé.
Don Manuel de Jesús, con más de 50 años viviendo en el ejido Úrsulo Galván del valle de Empalme recuerda los viejos tiempos, donde podían dormir afuera y todos se conocían, trasladándose en bicicleta o a pie a los poblados vecinos, ahora no hay hora del día donde no se escuchen tiros, el sábado por la mañana fue testigo del operativo que se montó tras el enfrentamiento entre elementos de la Guardia Nacional y un grupo delictivo, despertando un terror que antes los pobladores no conocían y ahora es el pan de cada día.