El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Consejo Nacional de Población (CONAPO) han señalado un cambio significativo en los modelos tradicionales de maternidad en México. Actualmente, ser madre ya no se define exclusivamente por la crianza biológica ni por los roles clásicos asignados históricamente a las mujeres.
De acuerdo con los datos y estudios recientes, las nuevas generaciones priorizan aspectos como el desarrollo profesional, el bienestar personal y la estabilidad emocional, lo que ha dado paso a formas más diversas de construir familia y establecer vínculos afectivos. Esto incluye familias monoparentales, madres por elección, maternidad compartida entre parejas del mismo sexo, así como aquellas personas que optan por no tener hijos humanos, pero sí establecen fuertes lazos con sus mascotas, fenómeno conocido como "perrihijos".
Los perrihijos ?mascotas tratadas como miembros centrales del hogar? reflejan una transformación cultural en cómo se entiende el cuidado, la responsabilidad y el amor incondicional. En muchos casos, estos vínculos sustituyen o complementan el deseo de maternidad tradicional, mostrando que ser madre o formar una familia hoy en día implica una variedad de formas legítimas y emocionalmente significativas.
Este cambio representa no una pérdida de valores, sino una evolución en la manera en que la sociedad mexicana experimenta el afecto, el compromiso y la vida en comunidad.