El narcotráfico ha afectado todos los niveles de la vida social y económica, trastocando no solo la seguridad pública, sino también la estabilidad emocional y económica de millones de mexicanos.
MILES HAN ABANDONADO SUS HOGARES
La cruda realidad de miles de personas ha sido forzada a abandonar sus hogares, especialmente en las regiones del norte, para huir de la violencia imparable. Familias enteras se desplazan hacia otras zonas del país, dejando atrás sus raíces, sus trabajos, y la vida que conocían, todo por la simple necesidad de sobrevivir.
Los cárteles se han convertido en actores dominantes en ciudades como Villahermosa, Tabasco; Uruapan, Michoacán; Fresnillo, Zacatecas; y Culiacán, Sinaloa, las cuales se perciben como las más inseguras para vivir, de acuerdo con el INEGI.
Lo más grave de esta crisis es cómo la violencia se ha normalizado. En muchas partes del país, escuchar corridos que glorifican la vida de los cárteles de la droga ya no sorprende a nadie. En las calles, los cárteles ejercen una autoridad paralela al Estado, controlando territorios, actividades económicas y, lo más devastador, las vidas de los ciudadanos.
Las vidas de miles de personas han quedado atrapadas en esta espiral de violencia, donde ni siquiera los más inocentes están a salvo. El reciente asesinato de dos menores de edad en Culiacán es un recordatorio doloroso de que el precio de la violencia lo pagan, en última instancia, los más vulnerables.
GOLPEA DIRECTAMENTE LA ECONOMÍA LOCAL
El narcotráfico no solo afecta la seguridad, sino que también golpea directamente la economía local. Las pequeñas y medianas empresas, como tienditas, restaurantes y farmacias, son las más vulnerables, viéndose obligadas a cerrar debido a la violencia, extorsión y falta de seguridad,
"situaciones que afectan sin duda la economía de esa comunidad y de esa región, el impacto a la salud mental ... Como las personas viven ansiedad depresiones, estrés postraumático, derivado de algún acontecimiento violento o como una balacera de incertidumbre y de miedo de qué se repite la situación así" señaló Krimilda Bernal, Directora del Observatorio Sonora por la Seguridad.
La creciente inseguridad ha generado desconfianza en las autoridades, alterando los hábitos cotidianos de las personas. Muchos evitan salir de noche y modifican sus horarios por miedo a ser víctimas de delitos.
"la planificación efectiva para evitar estos daños a las personas entendemos los daños directos y honestamente tampoco deberían de suceder, pero estos operativos estas acciones por parte de la autoridad deberían ser con el menor número negligencias posibles" dijo la directora del OSS.
Las estrategias implementadas hasta ahora no han logrado frenar la violencia, y el daño social y económico es cada vez más evidente.