Cada año, los días 1 y 2 de noviembre, México se llena de color, flores y aromas para conmemorar el Día de Muertos, una de las festividades más representativas y emblemáticas del país.
Durante estas fechas, las familias mexicanas preparan altares y ofrendas adornadas con flores de cempasúchil, veladoras, pan de muerto, fotografías y los platillos favoritos de los difuntos, con el propósito de guiar sus espíritus de regreso al hogar y rendir homenaje a su memoria.
"En esas fechas es nada más consentirlos con velas, con inciensos, con aromas que les gustaban a ellos, las utilizan como ofrendas para que el muerto regrese y este feliz en ese lapso de noche y de madrugada porque muchas personas como sabemos van a los panteones y se quedan ahí" comentó Dumayra Montes, propietaria de la tienda esotérica "La Pirámide".

Además de los elementos tradicionales, algunas personas practican rituales esotéricos y actividades espirituales que buscan fortalecer la conexión con los antepasados o atraer energías positivas. Entre los más comunes se encuentran las limpias energéticas, el encendido de velas a medianoche y los rituales de conexión ancestral, explicó Dumayra Montes, propietaria de la tienda esotérica "La Pirámide".
"Lo que más llevan en estas fechas son las veladoras porque es lo que más les ayuda a estas almas a agarrar su camino hacia donde van, si se te anda apareciendo mucho alguno de tus parientes o andas soñando a alguien que ya esté muerto, se cree que ala mejor algo le quedo aquí pendiente y para ayudarlo ponen velitas blancas, el incienso de copal o hacen rituales que tengan que ver con la ayuda hacia ese camino que es desconocido". Señaló Dumayra Montes.
Esta mezcla de tradición, simbolismo y espiritualidad convierte al Día de Muertos en una celebración única, donde la cultura mexicana honra la vida a través del recuerdo de quienes han partido.