Los panteones de la localidad, que históricamente han sido un símbolo de respeto y memoria, actualmente se encuentran en un estado de abandono y deterioro. Uno de los más antiguos y representativos es el Panteón de San Fernando, un lugar que, además de su valor histórico, es un espacio de recogimiento para muchas familias locales. Sin embargo, este panteón ha sido víctima de vandalismo y robos durante varios años, lo que ha empeorado su condición. Las tumbas han sido destrozadas, y en muchas de ellas, objetos y adornos de valor han sido sustraídos, dejando una estampa de desolación y desrespeto.
A pesar de su importancia cultural y religiosa, no se cuenta con vigilancia constante ni con proyectos claros para su reconstrucción o restauración. Los vecinos de la zona han denunciado en diversas ocasiones la falta de atención por parte de las autoridades locales, quienes no han implementado medidas efectivas para evitar el saqueo y el vandalismo en estos sitios sagrados. La ausencia de un plan de conservación y mejora también es evidente en la falta de iluminación, seguridad y mantenimiento general en el lugar.
La situación del Panteón de San Fernando refleja una realidad preocupante para otros panteones de la localidad, muchos de los cuales se encuentran en condiciones similares de abandono. La falta de recursos y la escasa atención institucional han dejado a estos espacios fuera de las prioridades del gobierno local, a pesar de que la comunidad clama por su restauración.
