De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Salud Pública, al menos uno de cada
tres niños en edad escolar presentan sobrepeso u obesidad.
Este panorama ha encendido alertas en el sector salud, debido al riesgo que representa para el desarrollo físico y emocional de los menores, así como para su salud a largo plazo. Una alimentación balanceada que incluya frutas, verduras, cereales integrales, proteínas de calidad y una adecuada hidratación, es fundamental para el crecimiento saludable de los niños. Además, se recomienda reducir el consumo de azúcares añadidos, bebidas azucaradas, alimentos ultra procesados y grasas saturadas.
Especialistas también destacan la necesidad de establecer horarios regulares para las comidas, fomentar la actividad física diaria y evitar el uso excesivo de pantallas, factores que en conjunto influyen significativamente en el control del peso corporal.
DEBEN TOMAR UN ROL ACTIVO EN LOS HÁBITOS SALUDABLES
En escuelas y hogares, se invita a padres, madres y cuidadores a tomar un rol activo en la formación de hábitos saludables, no solo a través de la preparación de alimentos, sino también mediante el ejemplo y la educación alimentaria desde edades tempranas.
Combatir la obesidad infantil es una responsabilidad compartida que requiere el compromiso de la familia, el sector educativo, los sistemas de salud y la comunidad en general, con el objetivo de garantizar un futuro más saludable para las nuevas generaciones.