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Tratado global del plástico llega a su ecuador, ¿por qué no avanza?
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Tratado global del plástico llega a su ecuador, ¿por qué no avanza?


Las negociaciones en Ginebra para un tratado contra la polución por plásticos, del 5 al 14 de agosto, alcanzan este sábado su ecuador pero persiste el temor a que concluyan con un tratado insuficiente que no incluya reducciones en la producción o listas de materiales a prohibir.

A cinco días de que concluya la que se espera sea la última ronda, por lo que debe salir de ella un tratado, la presidencia del comité negociador publicó esta madrugada la situación actual del borrador, en el que cientos de líneas del texto continúan entre corchetes, lo que significa que no están cerradas ni consensuadas.

Después de varias jornadas de reuniones por separado y a puerta cerrada de los cuatro grupos de contacto creados para negociar diferentes secciones del tratado, se convocó este sábado un plenario para que cada una de ellas expusiera el resultado provisional de las deliberaciones, por ahora no muy positivo.

"No ha habido un acuerdo sobre el texto", resumió en el plenario la embajadora brasileña Maria Angélica Ikeda, presidenta del grupo de contacto responsable de la sección del tratado más espinosa, ya que contiene los artículos 6 (limitaciones a la producción de plásticos) y 3 (listas de eventuales plásticos que quedarían prohibidos).

El bloqueo de posiciones, con países petroleros y productores de plástico firmemente opuestos a esos dos artículos, hace temer que el tratado que salga a la luz el día 14 tenga escasa potencia para reducir la contaminación con plásticos, que está afectando gravemente ecosistemas como los océanos y teniendo efectos perjudiciales en la salud animal y humana.

Las ONG quieren un tratado fuerte

Ante ello, distintas ONG ambientales, de defensa de poblaciones vulnerables a esta contaminación y otros colectivos que participan como observadores han hecho un llamamiento conjunto a que la negociación sea más ambiciosa y en ella presionen más países como los europeos, africanos o latinoamericanos, que defienden una mayor limitación de la producción plástica.

"En anteriores rondas en Busan o París los gobiernos mostraron ambición a la hora de frenar la producción plástica, por lo que un tratado débil sería una traición que aumentaría aún más el peso que los países del sur global tienen que aguantar, mientras se premiaría a las economías más contaminantes", agregó el líder de la ONG Greenpeace en las negociaciones, Graham Forbes.

WWF recordó que en los 250 días transcurridos desde la anterior ronda de negociaciones en Busan (Corea del Sur) se han vertido más de siete millones de toneladas de plástico a los océanos.

"Nos preocupa que los Estados favorables a un tratado fuerte no se expresen lo suficiente en las negociaciones, pues parecen estar sometidos a la presión de una pequeña minoría de los principales productores de petróleo y plástico, que solo desean medidas nacionales y voluntarias", analizó en declaraciones a EFE el director de Impacto de Políticas Globales de WWF, Efraím Gómez.

La industria, por un tratado débil

Por otro lado, se ha denunciado la enorme presencia en las delegaciones negociadoras de representantes de la industria petrolera y química, lo que aumenta el temor a que el tratado favorezca más estos intereses que los sanitarios y medioambientales.

Según denuncia el Centro para la Ley Medioambiental Internacional (CIEL por sus siglas en inglés), hay presentes hasta 234 lobistas de estos sectores industriales en las negociaciones, una cifra que supera a la de Busan (221) o a de los delegados de todos los países de la Unión Europea sumados (233).

CIEL ha identificado en Ginebra la presencia de grandes compañías productoras de plástico como la estadounidense Dow, o del gigante de los hidrocarburos ExxonMobil, también norteamericano.

Por otro lado denuncia que hay cuatro lobistas de estos sectores por cada representante de la Coalición de Científicos por un Tratado Efectivo sobre el Plástico, o que su proporción frente a los defensores de los derechos de los indígenas en las negociaciones es de siete a uno.

Otro punto que invita al pesimismo ha sido la filtración esta semana de mensajes presuntamente procedentes de la delegación estadounidense y enviados a otras que negocian en Ginebra donde aseguran que no firmarán ningún texto que incluya restricciones a la producción.

"No apoyaremos enfoques globales poco prácticos, como objetivos de producción de plástico o prohibiciones y restricciones sobre aditivos o productos plásticos, que aumentarían el costo de todos los que usamos a diario", indica el texto filtrado a la prensa


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