La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) ha alertado sobre el aumento en el costo de la canasta básica alimentaria en México, un fenómeno que afecta directamente a millones de familias, especialmente a quienes dependen del ingreso diario para su subsistencia
Según su reciente estudio, realizado en los 32 estados del país y con una muestra representativa en más de 200 puntos de venta, el precio promedio de la canasta básica subió de abril a mayo, alcanzando los 1,927.22 pesos, lo que implica un incremento de 22.56 pesos o un 1.18%.
Entre las entidades con mayor alza en el costo de estos productos destacan Zacatecas, con un aumento del 5.02%, Veracruz (4.60%), Oaxaca (4.15%), Durango (3.99%) e Hidalgo (3.76%).
Los alimentos que más encarecieron fueron el jitomate, que pasó de 22.83 a 26.25 pesos (14.98% más caro), seguido del chile poblano, aguacate, naranja y chile jalapeño, todos con incrementos superiores al 5%.
Este escenario se agrava en un momento en que la inflación alimentaria no da tregua
Datos del INEGI muestran que al cierre de abril la inflación general fue del 3.93%, superando la tasa registrada a inicios del mes, lo que presiona aún más el poder adquisitivo de la población.
Para la mayoría de los mexicanos, que destinan casi la totalidad de sus ingresos a la alimentación, estos aumentos representan un golpe duro que limita su capacidad para cubrir otras necesidades básicas.
Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC, subraya que las pequeñas y medianas empresas (PYMES) son el motor fundamental de la economía nacional. Estas representan el 99.8% de los negocios en México, sumando más de cinco millones de micronegocios que generan empleo para 20 millones de personas.
Además, un tercio de estos negocios son dirigidos por mujeres y uno de cada cuatro se encuentra en el sur del país, una región con mayores retos económicos
A pesar de su importancia, estas unidades productivas operan en gran medida sin apoyo crediticio, "rascándose con sus propias uñas", como lo reconocieron recientemente el Secretario de Hacienda, Edgar Amador Zamora, y la Presidenta de México durante la Convención Bancaria en la Riviera Nayarita.
Este reconocimiento, sin embargo, no ha sido acompañado de acciones concretas por parte del sistema bancario, que sigue sin ofrecer créditos accesibles y condiciones favorables para las PYMES.
ANPEC cuestiona si basta con aceptar esta deuda histórica o si es momento de actuar para revertir la marginación que sufren estas empresas, que luchan por sostener a sus familias y comunidades.
La falta de financiamiento, estímulos fiscales y un abasto directo sin intermediarios limita su crecimiento y formalización, afectando no solo su desarrollo sino también la economía local y nacional.
Rivera insiste en que la solución no está en aumentar la recaudación fiscal a través de mayores impuestos, como algunos banqueros han argumentado, sino en fortalecer la base productiva para que las PYMES generen riqueza y empleo de manera autónoma
En un país donde más de 70 millones de personas dependen de estos negocios para su sustento, la exclusión financiera que sufren por parte de la banca es una herida abierta que limita el bienestar social y el desarrollo económico, según señalan.
La asociación bancaria ha sido llamada a cumplir con su responsabilidad social y apoyar a la economía social con recursos accesibles, dejando de lado la lógica de seleccionar solo a quienes generan mayores ganancias para ellos.
ANPEC hace un llamado urgente para que se pague esta deuda histórica con las PYMES, especialmente con los más de un millón doscientos mil pequeños comercios que forman el tejido comercial local: abarrotes, misceláneas, carnicerías, cremerías, fruterías y otros giros que sostienen la economía de barrio y comunidad.