El nueve de marzo se cumplieron seis meses desde que inició la ola de violencia en Sinaloa, ha dejado pérdidas irreparables en miles de familias sinaloenses.
La pérdida más obvia son los más de mil muertos que el conflicto entre grupos delincuenciales a dejado, sin embargo poco se menciona que para las más de mil familias que han perdido un ser querido en este conflicto no ha habido justicia, solo el recordatorio incesante de que se está trabajando en atender el conflicto.
Entre los hechos más lamentables que la violencia ha dejado se tiene que mencionar sin duda los 33 menores de edad que han perdido la vida por el conflicto entre grupos del crimen organizado, algunos de ellos victimarios dentro la disputa, muchos más víctimas colaterales.
Otro delito que ha crecido preocupantemente, desde antes de la ola de violencia, son las desapariciones forzadas, con mil 242 víctimas de septiembre de 2024 a febrero de 2024, de las cuales solamente 436 han regresado con vida a sus hogares.
La crisis de inseguridad no ha diferenciado entre hombres, mujeres, niñas, niños, estudiantes, policías, empresarios, jornaleros, paramédicos o agentes de investigación.
Hay que mencionar que mientras los resultados de la violencia son claros y constantes, los resultados de los operativos de seguridad implementados para contener la misma no son tan evidentes , aunque de acuerdo a las detenciones anunciadas por el grupo interinstitucional que opera en el Estado y los resultados compartidos por el gobierno federal se puede estimar que se ha logrado la detención de más de 700 personas.