* El sismo de magnitud 4.6 que sacudió Culiacán la noche del 23 de julio se registró en una zona considerada tectónicamente activa y podría estar relacionada con una posible falla geológica, advirtieron especialistas de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). Aunque este tipo de eventos no son frecuentes en la región, el fenómeno se considera parte de la actividad sísmica natural del noroeste del país.
Xóchitl Torres Carrillo, doctora en Geología, y el estudiante Ian Vladimir Salomón Amador, ambos de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Espacio de la UAS, detallaron que el sismo ocurrió a seis kilómetros al noroeste de Culiacán, con una profundidad de 5 kilómetros. El movimiento está vinculado a la interacción de las placas tectónicas de Norteamérica y del Pacífico, cuya fricción está abriendo el Golfo de California, generando actividad sísmica que afecta a estados como Baja California, Sonora y Sinaloa.
El epicentro fue localizado en la zona norte de Culiacán, cercano al cauce del río Humaya y a comunidades como Santa Fe, Mojolo y La Guásima. Fue detectado por la estación sísmica de la Biblioteca Central de la UAS a las 20:12:28 horas, y presentó una réplica de menor intensidad 12 minutos después. Torres Carrillo recordó que un sismo similar ocurrió en la misma zona el 5 de octubre de 2008, lo que sugiere una posible alineación de eventos sísmicos hacia el noroeste.
Aunque el sismo fue ampliamente sentido por la población, la investigadora señaló que este tipo de movimientos son normales dentro del contexto tectónico de la región.
No obstante, subrayó la necesidad de incrementar el monitoreo y la instalación de más equipos sísmicos para estudiar con mayor detalle los posibles movimientos y caracterizar mejor el riesgo sísmico en Culiacán, ya que podría tratarse de una falla activa con un periodo de recurrencia aproximado de 20 años.