Los empresarios afiliados a la Cámara Nacional de Comercio (CANACO) en Durango expresaron preocupación ante la posible imposición de aranceles a productos mexicanos por parte del gobierno de Donald Trump, medida que se espera sea anunciada el 1 de febrero.
La presidenta de CANACO en Durango, Nayelli Victorino, informó que una encuesta aplicada entre los socios reveló que el 65% de los comerciantes consultados anticipa afectaciones económicas debido a estas restricciones comerciales. La principal consecuencia sería un incremento en el precio de diversos productos, lo que impactaría directamente en la economía local y en la competitividad de los negocios.
El sector exportador, aunque minoritario dentro de la cámara con solo un 5% de participación, se enfrenta a un escenario aún más complicado. Entre los productos que podrían verse afectados por los aranceles se encuentran el acero, el cobre, los medicamentos y las frutas, destacando el aguacate como el más vulnerable ante estas restricciones. Particularmente en estas fechas, cuando el Super Bowl está a poco más de una semana de jugarse y el consumo del aguacate mexicano se dispara historicamente.
La incertidumbre entre los empresarios es alta. Si bien algunos consideran que estas amenazas podrían ser una estrategia política de Trump para llamar la atención, el riesgo de que se concreten genera inquietud en el sector comercial. De materializarse, el efecto podría sentirse en cuestión de días, impactando tanto a los importadores como a los consumidores finales. Sin embargo las expectativas no son optimistas, pues la forma en que el magnate, convertido en Político, ha esbozado su último periodo, se puede esperar cualquier cosa, afirmó Victorino.
Sobre la posible renegociación, de manera temprana, del T-Mex, afirma que se tiene que ser cuidadosos, pues un mal movimiento pudiera ser fatal para muchas áreas de la economía nacional.
Ante este panorama, CANACO llamó a sus afiliados a mantenerse informados sobre las decisiones del gobierno estadounidense y a prepararse para ajustes en costos y estrategias comerciales. Los empresarios confían en que, de tomarse estas medidas, haya margen para negociaciones que minimicen su impacto en la economía local.