Contaminación del aire, escasez de áreas verdes, manejo ineficiente del agua y residuos: una combinación que está deteriorando silenciosamente el entorno urbano de Durango y poniendo en riesgo directo la salud y calidad de vida de sus habitantes, en especial de la infancia. Así lo advirtió la regidora Tita de la Parra, al señalar que la ciudad enfrenta una crisis ambiental que no puede seguir siendo ignorada.
"La calidad del aire es alarmante, especialmente en zonas con alto tráfico vehicular y sin espacios verdes. Este deterioro no puede seguir siendo normalizado, porque ya está afectando a nuestras niñas y niños", declaró, al exigir que el municipio tome medidas urgentes y estructurales.
De la Parra insistió en que los problemas ambientales también son cuestiones de salud pública, y que el gobierno municipal debe responder con una agenda ambiental ambiciosa. Entre sus propuestas destacó la necesidad de reforestar zonas críticas con árboles nativos, crear infraestructura verde como jardines filtrantes y sistemas de captación de agua pluvial, así como modernizar las plantas de tratamiento de aguas residuales.
"Proteger el agua es proteger la vida. Debemos garantizar acceso al agua limpia, especialmente en colonias vulnerables. No es solo un tema ambiental, es un derecho básico", afirmó.
La regidora también respaldó la creación de un gran parque ecológico al oriente de la ciudad como una forma de regenerar el entorno y ofrecer un espacio digno para la convivencia y el esparcimiento comunitario. Además, urgió a implementar un programa integral de "basura cero" que promueva la separación de residuos, el compostaje y la economía circular.
"No podemos construir un futuro sostenible sin enfrentar el presente. Nuestros hijos e hijas merecen crecer en un Durango verde, limpio y habitable. Esa debe ser la nueva meta de desarrollo para el municipio", concluyó.
