Depresión y ansiedad avanza entre jóvenes
Los casos de depresión y ansiedad entre jóvenes y menores de edad siguen en aumento. Aunque el problema es de alcance nacional, su origen y posible contención muchas veces se encuentra dentro del hogar.
Jorge Mojica, presidente del Consejo Estatal Ciudadano, advirtió que ninguna estrategia gubernamental será suficiente si las familias no participan activamente en la detección y atención temprana. Señaló que, aunque existen programas públicos y esfuerzos institucionales, su impacto es limitado cuando no hay un entorno familiar que observe, escuche y actúe.
"El problema empieza en casa. Es ahí donde se deben detectar los primeros signos de aislamiento, irritabilidad o desinterés", señaló. Según Mojica, muchos padres de familia no notan los cambios en el comportamiento de sus hijos o los minimizan, atribuyéndolos a actitudes propias de la adolescencia.
Esto dificulta la prevención de situaciones más graves, como las autolesiones o intentos de suicidio. El principal obstáculo, dijo, es la falta de comunicación efectiva y la poca preparación para identificar alertas emocionales.
Además, remarcó que el acceso a servicios de salud mental sigue siendo limitado para una gran parte de la población joven. La mayoría no recibe atención oportuna, y cuando se intenta buscar ayuda, ya se han presentado episodios críticos.
La depresión y la ansiedad entre menores no es solo un asunto médico. También es un problema social que involucra a escuelas, familias, instituciones y comunidades. Mojica subrayó la necesidad de campañas de orientación familiar permanentes, más allá de fechas conmemorativas o crisis específicas.
La salud mental no se resuelve solo con recursos públicos. Requiere voluntad, presencia y atención dentro del entorno inmediato de los menores. La omisión, advirtió, tiene consecuencias reales.
