Desorden emocional en parejas jóvenes
En parejas jóvenes, la dependencia emocional se ha convertido en una forma de relación marcada por la inestabilidad. Celos constantes, miedo al abandono, necesidad de aprobación y dificultad para establecer límites son señales frecuentes. En este tipo de vínculos, una de las personas puede llegar a anteponer la relación a su propio bienestar, dejando de lado sus necesidades personales.
Este patrón se observa con mayor frecuencia en relaciones que cambian con rapidez o en jóvenes que tienen dificultades para mantener vínculos estables. La dependencia emocional no sólo afecta la vida afectiva, también impacta directamente la salud mental y física.
Entre las consecuencias más comunes se encuentra la baja autoestima. Quien la padece tiende a dudar de sí mismo, se siente inseguro y vulnerable. También pueden aparecer síntomas depresivos como tristeza prolongada, desinterés generalizado o desesperanza. La ansiedad es otro efecto frecuente, acompañada de miedo constante y pensamientos repetitivos.
En 2020, Durango tenía una relación de 97 hombres por cada 100 mujeres. Esto podría indicar que las mujeres pueden tener mayor dependencia de su pareja en términos económicos o sociales. El 40% de los jóvenes duranguenses sufren de ansiedad y depresión, lo que puede afectar sus relaciones.
El desgaste emocional afecta el sueño, la concentración y eleva los niveles de estrés, lo que puede traducirse en problemas de salud más amplios. En los casos más graves, la relación se vuelve insostenible, derivando en rupturas conflictivas o incluso en situaciones de violencia psicológica o física.
Identificar estos signos a tiempo puede ser clave para buscar apoyo y romper con patrones que deterioran la calidad de vida.
