En la colonia La Ponderosa, una de las zonas con mayores carencias en la región, las familias enfrentan condiciones extremas debido a las bajas temperaturas. Las viviendas, construidas en su mayoría con materiales endebles como cartón, láminas y madera, no ofrecen la protección necesaria contra el intenso frío.
María del Rosario, residente de esta comunidad, relata las dificultades de vivir en estas condiciones. "Es muy difícil soportar el frío, sobre todo porque no tenemos apoyos ni recursos para afrontarlo. Lo que más necesitamos son camas y ropa abrigadora", señala con resignación. Su hogar, como el de muchas otras familias, carece de los recursos básicos para hacer frente al invierno.
La falta de apoyo gubernamental y las limitadas oportunidades laborales agravan la situación. María menciona que, aunque hacen todo lo posible por salir adelante, la combinación de temperaturas extremas y pobreza pone en riesgo la salud y el bienestar de su familia.
En La Ponderosa, la vida diaria se complica aún más durante esta temporada. Las familias improvisan formas de calentarse, pero los recursos escasean. Sin acceso a programas de ayuda inmediata, muchas enfrentan serios riesgos, especialmente niños y adultos mayores, quienes son más vulnerables a enfermedades relacionadas con el frío.
Los habitantes de la colonia hacen un llamado urgente a las autoridades y a la sociedad en general para que se movilicen y brinden apoyo. "La situación es crítica. Necesitamos que alguien se acerque a ayudarnos porque aquí la necesidad es mucha", afirma María.
El invierno en La Ponderosa no solo trae frío; también evidencia las profundas desigualdades que afectan a las comunidades más desfavorecidas. Las familias no solo necesitan ropa y alimentos, sino una estrategia integral que garantice condiciones dignas para enfrentar futuras emergencias.