En 40 de las 165 Unidades Médicas Rurales del IMSS en Durango no hay médicos. La propia delegada estatal del instituto, Claudia Díaz Pérez, reconoció el déficit y aseguró que la atención en esas comunidades se mantiene con personal itinerante.
Se trata de centros de salud ubicados principalmente en zonas de difícil acceso, donde la falta de personal médico impide una atención continua. En su lugar, el IMSS ha implementado caravanas que envían temporalmente a doctores y enfermeras para atender a la población. La solución es parcial y no cubre todas las necesidades médicas de forma permanente.
Díaz Pérez detalló que estas caravanas operan por períodos breves, en jornadas programadas, sin establecerse de manera fija en las comunidades. Las visitas dependen de la disponibilidad de personal y recursos, por lo que las consultas no siempre se realizan con regularidad.
El problema se agrava en regiones serranas, donde los traslados a hospitales más equipados pueden tardar horas. Las condiciones climáticas, los caminos en mal estado y la falta de transporte agravan el riesgo en casos urgentes.
Aunque no se precisó cuántas personas están siendo afectadas directamente, las unidades médicas rurales atienden a población sin otra opción de cobertura. En esos lugares no hay clínicas privadas, ni farmacias con consultorio, ni centros de salud estatales cercanos. La ausencia de médicos pone en riesgo la atención de enfermedades crónicas, el control de embarazos, la aplicación de vacunas y la detección oportuna de padecimientos graves.