Una familia duranguense se encuentra en una angustiosa búsqueda de Marco Adriel, joven que desapareció el 1 de junio en circunstancias alarmantes después de una fiesta familiar. Según testimonios de testigos, un grupo de sujetos encapuchados y armados lo golpearon violentamente antes de llevárselo contra su voluntad. Desde entonces, no se ha tenido noticias del paradero del joven, lo que ha generado una creciente preocupación entre sus seres queridos y la comunidad.
La madre de Marco Adriel ha denunciado presunta omisión por parte de la Fiscalía del Estado de Durango, a quien acusa de no actuar con la celeridad que el caso requiere. En conferencia de prensa, la afectada expresó su desesperación ante la falta de avances significativos en la investigación y exigió respuestas concretas sobre el paradero de su hijo. "No vamos a descansar hasta encontrarlo", declaró visiblemente afectada.
Ante esta situación, la familia y grupos de apoyo a víctimas han convocado a una marcha pacífica para el próximo 7 de junio. La manifestación partirá a las 5:00 pm desde una conocida tienda departamental ubicada en avenida 20 de noviembre, con el objetivo de visibilizar el caso y presionar a las autoridades para que intensifiquen las labores de búsqueda. Los organizadores hacen un llamado a la sociedad duranguense a solidarizarse y sumarse a esta exigencia de justicia.
El caso ha conmocionado a la comunidad, generando muestras de apoyo espontáneas en redes sociales y medios locales. Vecinos y amigos del joven desaparecido han organizado brigadas de búsqueda independientes, mientras crece la indignación por la presunta inacción de las autoridades competentes.
Organismos de derechos humanos han manifestado su preocupación por el aumento de desapariciones en la entidad y la falta de protocolos efectivos para atender estos casos. Mientras tanto, la familia de Marco Adriel mantiene la esperanza de encontrarlo con vida y exige que las autoridades cumplan con su obligación de garantizar la seguridad de todos los ciudadanos. La marcha del 7 de junio representa un grito colectivo por la aparición con vida del joven y por justicia en un caso que ha dejado al descubierto las vulnerabilidades del sistema de seguridad en Durango.