En un reciente sondeo realizado en diversas parroquias de la ciudad de Durango, fieles católicos compartieron sus sentimientos tras la noticia del fallecimiento del Papa Francisco. La mayoría coincidió en que fue un hecho inesperado que los cubrió de tristeza, generando un profundo sentimiento de pérdida entre la comunidad creyente. Para muchos, su partida representa no solo la pérdida de un líder religioso, sino de una figura cercana, humilde y profundamente humana.
Algunos entrevistados aseguraron sentirse emocionalmente debilitados ante la noticia, pero también expresaron confianza en que la Iglesia Católica continuará firme, como lo ha hecho a lo largo de los siglos. "El Papa Francisco nos deja una enseñanza de amor, esperanza y unidad. Su muerte nos duele, pero no es el fin de la Iglesia", comentó uno de los feligreses conmovido.
A la pregunta de si el fallecimiento del pontífice podría significar una crisis o un posible fin de la Iglesia, la respuesta fue clara y unánime: no. Los participantes manifestaron su esperanza en que el próximo líder del Vaticano continúe con el legado de Francisco, e incluso tenga ideas similares que promuevan la inclusión, la paz, la justicia y el cuidado de los más necesitados. Muchos también expresaron su deseo de que el nuevo Papa mantenga una actitud cercana al pueblo y una visión moderna sin perder la esencia de la fe.
Para los creyentes, la tristeza que sienten forma parte del luto natural por la pérdida de un ser querido, pero insisten en que su fe se mantiene intacta. "Debemos continuar su legado. El amor al prójimo, la misericordia, y la unidad entre hermanos son su herencia espiritual", afirmaron con convicción.