l conflicto en la Delegación de Bienestar en Durango cumple 50 días sin solución. Las oficinas permanecen cerradas, y las diferencias internas han paralizado el funcionamiento de un área clave para la entrega de apoyos federales.
Ante la falta de diálogo entre los involucrados, el gobernador del estado, Esteban Villegas Villarreal, se ofreció como mediador. Señaló directamente al delegado federal de Bienestar, Jonathan Jardines, por negarse a atender los llamados de su contraparte local, David Payán.
"El problema no se va a resolver si no hay disposición de ambas partes. No se trata de ideologías ni de cargos, se trata de darle funcionamiento a una estructura que debe estar operando para la gente", declaró Villegas.
El mandatario pidió humildad al titular de la dependencia federal y urgió a restablecer el diálogo. Indicó que no se trata de una confrontación política, sino de un conflicto administrativo que ya está afectando la atención ciudadana.
El cierre prolongado de las oficinas ha generado afectaciones directas en trámites relacionados con programas sociales. Adultos mayores, personas con discapacidad y beneficiarios de otros esquemas federales no han podido realizar gestiones básicas como actualizaciones, registros o aclaraciones.
Hasta el momento, no se ha dado a conocer un plan de contingencia por parte del gobierno federal para atender la demanda en otros puntos. Tampoco hay indicios de una reactivación próxima en la sede ubicada en la capital.
El gobernador insistió en que no es facultad del estado intervenir en decisiones internas de una delegación federal, pero subrayó que no puede mantenerse al margen cuando la ciudadanía es la que termina afectada.
"Si necesitan un tercero para destrabar esto, yo me apunto. Pero el silencio y el bloqueo no pueden seguir siendo la respuesta", agregó.
El conflicto sigue sin fecha de resolución. Mientras tanto, los servicios continúan suspendidos y no hay un canal abierto de atención para los beneficiarios.