Una reciente intervención vial por parte de la Dirección de Obras Públicas Municipales ha generado inconformidad entre vecinos y conductores que transitan regularmente por la avenida Ferrocarril, a la altura del nuevo estadio de béisbol. La instalación de reductores de velocidad, también conocidos como "topes" o "bordos", en dicha zona ha sido señalada como deficiente y contraproducente, debido a su peculiar colocación que, en lugar de prevenir accidentes, parece fomentarlos.
Vecinos de la colonia y usuarios de esta vialidad denuncian que los bordos fueron instalados únicamente a la mitad de cada carril: una serie en el carril derecho y, aproximadamente 100 metros más adelante, otra serie en el carril izquierdo. Esta disposición provoca que tanto vehículos que circulan a exceso de velocidad como aquellos que van a ritmo normal, crucen al carril contrario con la intención de evadir los bordos, lo que genera un constante riesgo de colisiones frontales o laterales.
Durante un monitoreo realizado por meganoticias, se contabilizó que en un lapso de tan solo 20 minutos, al menos 45 automóviles invadieron el carril contrario para evitar pasar sobre los topes. Esta maniobra temeraria ha encendido las alertas entre los residentes, quienes consideran que la obra fue ejecutada sin un análisis técnico adecuado del flujo vehicular.
"La intención supuestamente era reducir la velocidad, pero esto está haciendo lo contrario: la gente se cambia de carril para evitar los bordos, y eso pone en peligro a todos", señaló uno de los vecinos inconformes.
Además, muchos especulan que la colocación de estos reductores no responde a un plan de movilidad o seguridad vial, sino que se hizo con prisa y sin planeación con motivo de la inminente inauguración del estadio. Ante esta situación, piden a las autoridades revisar y replantear la estrategia vial en esta zona antes de que ocurra una tragedia.