En los últimos años, los trastornos de ansiedad han superado incluso a la depresión como uno de los principales problemas de salud mental entre los jóvenes. Así lo afirma la psiquiatra Martha Palencia, quien advierte que cada vez es más común atender en consulta a adolescentes y jóvenes que experimentan crisis de angustia o ataques de pánico, muchas veces sin comprender lo que les ocurre.
Existen distintos tipos de ansiedad. El trastorno de ansiedad generalizada, por ejemplo, se manifiesta como una sensación constante de prisa o incomodidad durante todo el día. Por otro lado, los ataques de pánico son episodios más intensos y abrumadores: la persona siente que no puede respirar, percibe una presión en el pecho, hormigueo en los brazos, frío, calor y miedo a morir o enloquecer. Estos ataques, aunque breves ?entre 10 y 15 minutos?, suelen dejar una sensación de cansancio extremo, como si se hubiera hecho un gran esfuerzo físico.
Lo preocupante, según la especialista, es que estas crisis muchas veces vienen acompañadas de cuadros depresivos. Las presiones académicas, las decisiones importantes y, especialmente, las rupturas amorosas ?que en esta etapa se viven con gran intensidad?, son detonantes frecuentes de estos episodios.
Palencia señala que los jóvenes, al no poder dormir o al pensar constantemente en la persona que los ha dejado, terminan buscando ayuda médica. En muchos casos es necesario un tratamiento farmacológico con antidepresivos, además de terapia psicológica. También recomienda realizar estudios médicos para descartar causas fisiológicas, como problemas de tiroides, que pueden estar detrás de la ansiedad.
Frente a una crisis, la psiquiatra sugiere una técnica de respiración simple: inhalar en cuatro tiempos, sostener la respiración y exhalar en siete. Esta práctica puede ayudar a disminuir la intensidad del episodio. Sin embargo, recalca que cuando las crisis se vuelven recurrentes, lo más importante es acudir con un profesional de la salud mental.