Con esfuerzo, sacrificio y la esperanza de un futuro mejor para sus hijos, María de Jesús, madre de familia y trabajadora de maquila, compartió su historia de lucha por construir un hogar digno mientras enfrenta dificultades económicas para sostener a sus hijos en la escuela.
Hace un año, María fue liquidada de la maquiladora donde trabajaba. Con los 80 mil pesos que recibió, decidió invertir en lo más esencial: un terreno donde pudiera levantar su casa. "Me dieron 80 mil y con eso di la mitad del terreno. Me costó 140 mil, y desde entonces he estado abonando poco a poquito, sola, porque no me alcanzaba", relató.
Mientras trata de ponerse al corriente con el pago del terreno, también debe cubrir los gastos escolares de sus hijos, quienes cursan la preparatoria y la secundaria. Ambos deben tomar camión todos los días, lo que representa un gasto de 1,600 pesos a la semana, solo en transporte. A eso se suman los gastos de comida, agua, útiles escolares y demás necesidades básicas.
Aunque recientemente fue recontratada en la maquila ?hace aproximadamente siete meses? sus ingresos siguen siendo limitados. Además, su pareja, que hasta hace poco estaba enfermo, apenas comenzará a trabajar, por lo que la carga económica ha recaído principalmente sobre ella.
"Mi jacalito lo hicimos como pudimos. Está difícil porque tengo que pagar la escuela, comer, el agua? A veces ya no alcanza para nada", expresó María con voz quebrada, mientras señalaba el terreno donde, con ayuda de su pareja, escarban para construir poco a poco.
La historia de María de Jesús refleja la realidad de muchas madres trabajadoras que, con ingresos precarios, intentan abrirse paso entre la pobreza, la desigualdad y la falta de apoyos, sin dejar de lado su principal objetivo: darle una vida mejor a sus hijos.