Durango se ha convertido en un escenario de accidentes viales de manera alarmante, con cerca de 6,000 accidentes anuales se sitúa a la ciudad entre las más peligrosas de México en términos de siniestralidad. Esta situación se agrava al considerar que apenas el 20% de los vehículos en circulación están asegurados, lo que ha sumido en deudas a numerosos conductores involucrados en colisiones.
Según la página Alcaldes de México, Durango ocupa el octavo lugar a nivel nacional en accidentes viales con lesionados, alcanzando la cifra de 1,128 incidentes al año, un dato sorprendente que supera incluso a la Ciudad de México. Este panorama subraya la imperiosa necesidad de contar con un seguro vehicular como una red de seguridad fundamental.
La peligrosidad de las calles duranguenses no es solo un dato estadístico; es una realidad que afecta a diario la vida de sus habitantes, colocando a la ciudad en el segundo lugar en cuanto a muertes por accidentes de tránsito fuera del vehículo, según indica Alberto Sifuentes, experto en seguros. Frente a esta realidad, la variabilidad en los costos de los seguros invita a una reflexión sobre la elección responsable de una aseguradora, para lo cual la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) ofrece recursos valiosos para los consumidores.
Aunque el Gobierno Municipal de Durango aún no ha implementado una exigencia formal para la contratación de seguros de auto, el panorama está cambiando. A partir del 1 de enero de 2024, será obligatorio contar con una póliza que cubra daños a terceros. Esta medida no solo busca mejorar la seguridad vial, sino también prevenir las graves consecuencias económicas y legales para aquellos conductores que postergan la decisión de asegurar sus vehículos.
La contundente estadística es un llamado a la acción para todos los duranguenses: la prevención y la responsabilidad al volante son esenciales. La adopción generalizada de seguros vehiculares representa un paso crucial hacia la mitigación de los riesgos en las carreteras, salvaguardando no solo el patrimonio de los conductores sino también la integridad física de toda la comunidad. En este contexto, posponer ya no es una opción; es tiempo de actuar con previsión y responsabilidad.