Profesionales de nutrición escasean en el estado

En Durango, la atención profesional en nutrición es limitada. Aunque se calcula que hay alrededor de 3 mil egresados de la carrera de Nutrición en el estado, menos de 200 están colegiados, y su presencia en instituciones públicas es mínima.

De acuerdo con estándares nacionales, debería haber al menos un nutriólogo por cada 10 mil habitantes. Sin embargo, en México apenas se alcanza una proporción de uno por cada 39 mil personas, lo que restringe seriamente el acceso a atención especializada en alimentación, sobre todo en comunidades rurales y marginadas.

Esta falta de cobertura tiene implicaciones directas en la salud pública. Pacientes con enfermedades crónicas, mujeres embarazadas o personas con desórdenes metabólicos no reciben atención adecuada. En el mejor de los casos, los programas gubernamentales ofrecen orientación general, sin un diagnóstico clínico ni seguimiento personalizado.

En el sector privado, la situación no mejora sustancialmente. En plataformas de consulta médica apenas se registran 44 nutriólogos activos en la capital, y en muchos municipios del interior su presencia es casi inexistente. La falta de plazas laborales, la poca vinculación con otros servicios médicos y la carencia de apoyos para iniciar o mantener un consultorio limitan las oportunidades para estos profesionistas.

Especialistas han advertido que la ausencia de una política sólida para incorporar nutriólogos en el sistema de salud público representa un riesgo para el control de enfermedades relacionadas con una mala alimentación, como la obesidad, la hipertensión o la diabetes.

El gremio ha pedido una estrategia que fomente tanto la contratación en instituciones públicas como la formalización del ejercicio profesional. Sin una estructura que garantice acceso a servicios nutricionales, la prevención y el tratamiento de enfermedades seguirán dependiendo de esfuerzos aislados y de la capacidad económica de cada paciente.