La reducción del límite de velocidad a 50 kilómetros por hora en las principales calles y avenidas del municipio de Durango es una medida que puede contribuir a la disminución de accidentes viales, pero también requiere vigilancia para evitar posibles abusos por parte de autoridades, advirtió Jesús Diez, integrante del Colectivo Ciudadano. El nuevo Reglamento de Tránsito, aprobado recientemente por el cabildo municipal, establece esta reducción como parte de un conjunto de acciones para mejorar la seguridad vial en zonas urbanas. Sin embargo, Diez señaló que si bien la medida tiene un enfoque preventivo, su implementación debe acompañarse de controles que impidan malas prácticas, en particular por parte de elementos de la policía vial. "Estamos a favor de que se tomen decisiones que reduzcan el número de siniestros viales, pero es indispensable que esta nueva disposición no se convierta en una oportunidad para aplicar sanciones discrecionales o generar actos de extorsión", afirmó. El representante del colectivo señaló que es fundamental establecer criterios técnicos claros para la aplicación del nuevo límite, definir con precisión las zonas donde entrará en vigor y garantizar que haya señalización visible en cada tramo donde se modifique la velocidad permitida. Además, insistió en la importancia de una campaña de información para que los conductores conozcan las nuevas reglas y no sean sorprendidos con multas en zonas que no cuenten con la señalética correspondiente. También propuso que se instalen mecanismos de supervisión ciudadana o contraloría social para monitorear cómo se aplica el reglamento y evitar que existan espacios para el abuso de autoridad. La entrada en vigor del nuevo reglamento dependerá de su publicación oficial y de los lineamientos que defina el Ayuntamiento para su implementación. Mientras tanto, el colectivo pidió que se abra un canal de diálogo con organizaciones civiles para asegurar que la medida tenga un impacto positivo y no derive en conflictos con la ciudadanía.