El estado de Durango enfrenta un preocupante resurgimiento de enfermedades prevenibles por vacunación, situación que se ha hecho evidente con la confirmación de tres casos de sarampión en niñas del municipio de Nuevo Ideal durante abril de 2025. Este brote, que coincide con un aumento significativo de casos en el vecino estado de Chihuahua, ha encendido las alarmas sanitarias y llevado a las autoridades a implementar medidas urgentes. La Secretaría de Salud de México ha instalado más de 840 módulos de vacunación en zonas rurales y comunidades alejadas del estado, con el objetivo de aplicar más de 11,000 dosis en una semana, especialmente de la vacuna triple viral que protege contra el sarampión.
Expertos en salud pública señalan que este fenómeno podría estar relacionado con dos factores principales: los flujos migratorios que atraviesan la región y las coberturas de vacunación insuficientes en ciertos sectores de la población. El programa "Médico en tu Casa" ha sido fundamental para llegar a personas que no pueden desplazarse a centros de salud, llevando la vacunación directamente a sus hogares. Estas acciones buscan alcanzar una cobertura anual del 90%, con especial énfasis en la protección de niños y adolescentes, los grupos más vulnerables a estas enfermedades.
Además del sarampión, Durango ha registrado casos de tosferina, otra enfermedad prevenible que había sido controlada. Este resurgimiento evidencia la importancia de mantener esquemas de vacunación completos y actualizados en toda la población. Las autoridades sanitarias han intensificado las campañas de inmunización y concientización, pero reconocen que el éxito de estas medidas depende en gran medida de la participación activa de la comunidad.
La situación actual en Durango sirve como recordatorio de que las enfermedades infecciosas no conocen fronteras y de que la protección colectiva solo se logra cuando una proporción suficiente de la población está vacunada. Mientras las autoridades trabajan para contener estos brotes, el llamado a la población es claro: vacunarse no solo es un acto de protección personal, sino una responsabilidad social para prevenir el resurgimiento de enfermedades que ya deberían ser cosa del pasado. La salud pública duranguense enfrenta un desafío que requiere la colaboración de todos: gobierno, personal médico y ciudadanía.