En la zona centro de Durango, se han reportado diversos casos de robo a comercios, lo que ha generado preocupación y un ambiente de incertidumbre entre los locatarios. Estos incidentes no solo han afectado la economía de los pequeños empresarios, sino que también han dañado la infraestructura de los establecimientos. En varios de los robos, además de llevarse mercancía y objetos de valor, los ladrones han causado daños significativos en las entradas de los locales, forzando candados y puertas para acceder. Los comerciantes afectados expresan su frustración no solo por las pérdidas materiales, sino también por el temor de que los robos continúen ocurriendo, lo que los obliga a incrementar las medidas de seguridad, en un esfuerzo por proteger su patrimonio.
Uno de los casos más recientes fue el de una comerciante que denunció la sustracción de mercancía valuada en casi 12 mil pesos. La empresaria declaró que el robo no solo le afectó económicamente, sino que ahora vive con el temor de que su negocio vuelva a ser víctima de la delincuencia. Muchos locatarios han manifestado que este tipo de situaciones los ha dejado en una situación de vulnerabilidad, pues las ganancias que logran generar en sus pequeños negocios ya no son suficientes para cubrir los costos de reparación tras los robos.
Un problema adicional que enfrentan los comerciantes es la lentitud de los procesos judiciales. Varios han mencionado que, tras denunciar los robos, las autoridades tardan demasiado tiempo en investigar y proceder con los casos, lo que desalienta a muchos a seguir adelante con las denuncias. Este retraso en la atención de los delitos ha llevado a algunos a desistir de buscar justicia, pues sienten que el proceso es demasiado largo y costoso.
A pesar de estos hechos, Durango sigue siendo considerado uno de los estados más pacíficos del país, ocupando el cuarto lugar en el Índice de Paz México 2024, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz. Este informe coloca a Durango por detrás de Yucatán, Tlaxcala y Chiapas en términos de tranquilidad y seguridad. Sin embargo, los comerciantes del centro de la ciudad tienen una visión diferente, ya que algunos se han visto obligados a cerrar sus negocios debido a la creciente inseguridad y los constantes robos. Esta situación refleja una desconexión entre las estadísticas oficiales y la realidad que viven los pequeños empresarios en la zona comercial de la ciudad.