En Durango, el precio de la gasolina ha superado los 24 pesos por litro, colocándose por encima de tarifas registradas en varias ciudades de Estados Unidos, incluyendo Houston, uno de los principales centros productores de combustible.
Mientras los automovilistas en Durango enfrentan este costo por cada litro, en Houston el precio promedio es de 14.70 y 14.90 pesos, y en otras regiones del país vecino, ronda los 19.21 pesos. La diferencia con respecto al precio en Durango llega a ser de casi 10 pesos por litro.
¿A dónde se van esos diez pesos?
Esta disparidad ha comenzado a generar un impacto directo en los bolsillos de quienes dependen del vehículo para sus actividades diarias, principalmente trabajadores del sector informal, transportistas, repartidores y usuarios habituales. El aumento sostenido del combustible encarece el traslado de mercancías y productos, lo que también influye en el precio final al consumidor.
En febrero de 2025, el gobierno federal anunció un estímulo fiscal para la gasolina magna y el diésel. Del 15 al 21 de marzo, no hubo estímulos fiscales para las gasolinas Magna, Premium y el diésel. En abril, el gobierno federal volvió a incrementar los estímulos fiscales a las gasolinas y el diésel.
Aunque los factores detrás de esta diferencia incluyen impuestos, costos de distribución y política energética nacional, la percepción ciudadana se centra en un hecho: llenar el tanque en Durango resulta significativamente más caro que hacerlo del otro lado de la frontera.
En un contexto donde la inflación y el costo de vida siguen presionando a las familias, el precio de la gasolina se ha convertido en un nuevo foco de tensión económica para miles de duranguenses.