A casi dos años de la aprobación de la Ley de Movilidad en Durango, el transporte público sigue sin cumplir con las condiciones mínimas para garantizar el derecho al desplazamiento digno de las personas con discapacidad, denunciaron líderes ciudadanos y defensores de derechos humanos. Pese a que dicha ley contemplaba acciones concretas para avanzar en la inclusión, la realidad en las calles continúa siendo adversa, especialmente para quienes tienen discapacidad motriz o visual.
"No sucede. Y lo hemos dicho muchas veces. Esto termina perjudicando otros derechos, porque si no se garantiza la movilidad, tampoco puedes acceder a la educación, al empleo o a la cultura", señalaron activistas, quienes han documentado múltiples casos en los que personas con discapacidad enfrentan obstáculos para utilizar el transporte público con seguridad y dignidad.
Uno de los problemas más recurrentes es la falta de unidades adaptadas, además de la escasa capacitación de los chóferes para atender a pasajeros con discapacidad. "Es necesario que los operadores sepan cómo apoyar a una persona en silla de ruedas o con discapacidad visual. Aunque hay buena disposición en muchos de ellos, aún falta mucho por hacer", afirmó Óscar Saldívar Presidente de la Asociación "Sí se puede".
Pero no solo los choferes tienen responsabilidad. Los propios usuarios del transporte público muchas veces incumplen las normas de respeto hacia los espacios designados. "En muchos camiones están señalizados los asientos preferenciales para personas con discapacidad, adultos mayores o mujeres embarazadas, pero no se respetan. Muchos pasajeros simplemente los ignoran", lamentaron.
Sobre los argumentos económicos de los concesionarios para no hacer adecuaciones, los líderes sociales fueron claros: "Decir que no se pueden adaptar las unidades porque es muy costoso es solo un pretexto. Pero respetar los asientos no cuesta nada. Ahí no hay tema económico, solo falta de voluntad".
Finalmente, el llamado fue a la conciencia ciudadana y al compromiso colectivo. "La inclusión no depende solo del gobierno o de los operadores, sino de todos. Solo con voluntad, empatía y respeto se logrará una ciudad accesible para todos".