El sistema de transporte público en Gómez Palacio atraviesa una profunda crisis derivada del abandono institucional, la falta de financiamiento y una infraestructura vial deficiente. Transportistas locales señalan que, a pesar de sus esfuerzos por mantener unidades operativas y ofrecer un servicio digno, no existen las condiciones adecuadas para una verdadera modernización del sector.
La falta de respaldo a quienes diariamente movilizan a la ciudad ha generado un servicio rezagado, con unidades obsoletas y rutas poco funcionales que afectan tanto a los operadores como a los usuarios. De acuerdo con voces del sector, muchos transportistas enfrentan presiones económicas, falta de incentivos y, en algunos casos, prácticas indebidas como extorsión.
Especialistas en movilidad coinciden en que para transformar el transporte es necesario no solo renovar las unidades, sino garantizar accesos dignos a colonias, comunidades y zonas urbanas clave. También se plantea la urgencia de crear mecanismos de financiamiento con participación de los tres órdenes de gobierno, lo cual permitiría una transición hacia modelos sustentables, accesibles y seguros.
Entre las propuestas que se han puesto sobre la mesa destaca el interés en replicar experiencias exitosas como las "líneas verdes" de Nuevo León, que combinan eficiencia, reducción de emisiones y cobertura urbana. Se ha planteado adaptar esta visión a Gómez Palacio con una "línea naranja", enfocada en el beneficio directo del usuario, pero también en brindar condiciones dignas a los operadores.
En una ciudad con fuerte presencia industrial y altos niveles de contaminación, el cambio hacia un transporte limpio y moderno se considera urgente. La apuesta por un sistema público sustentable no solo contribuiría a mejorar la calidad del aire, sino también a garantizar el derecho humano a la movilidad, con seguridad y dignidad para todos.
