A pesar de las restricciones impuestas para mejorar la calidad alimenticia de los estudiantes, los vendedores ambulantes continúan ofreciendo productos como churros, papitas, Sabritas y refrescos a las afueras de las instituciones educativas. Las autoridades de las instituciones educativas han establecido que los vendedores no deben acercarse a menos de 20 metros de las escuelas, como parte de las medidas para restringir la venta de comida chatarra.
Sin embargo, estas prohibiciones no han impedido que los vendedores experimenten un notable aumento en sus ventas. Los alumnos, al finalizar sus clases, siguen eligiendo consumir estos productos, que aunque están restringidos dentro de los planteles, se siguen vendiendo con éxito en los alrededores.
Adrián Enrique Navarro, vendedor ambulante de la ciudad, comentó que la venta de frituras y aguas frescas ha aumentado significativamente debido a la prohibición de estos productos en el interior de las escuelas. Según Navarro, tras el horario escolar, los estudiantes se dirigen directamente a los puestos de comida chatarra, lo que está generando mayores ganancias para los comerciantes informales.
Este comportamiento refleja la persistente preferencia de los jóvenes por consumir productos no saludables, a pesar de las políticas públicas que buscan mejorar la alimentación en las escuelas.
Subieron a la vez porque está haciendo más calor, pero también baja aquí en las escuelas que no se puede vender churros y eso, no podemos estar tan pegados a las escuelas, todos sale con ganas de unos churrito y un agua y se vienen con nosotros, no pues es que la gente también busca churritos y papitas, no todo es frutitas, también churritos y papitas. -Adrián Enrique Navarro (Vendedor Ambulante).